Lectura del día: Gen. 47:13-50:26
Verso Central Génesis 49: 28
Todas estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que les dijo su padre cuando los bendijo. A cada uno lo bendijo con la bendición que le correspondía.
El padre ha recibido la
autoridad de impartir la bendición de Dios en la vida de sus hijos. Las
bendiciones y las maldiciones que un padre pronuncia sobre sus hijos tienen el
poder de cumplirse en sus vidas. Dios le ha dado al padre el rol “profético” de
poder de “abrir los cielos” sobre la vida de sus hijos. Esto se manifiesta de
una manera muy especial, cuando el padre es un discípulo de Jesús, y vive una
vida en el temor de Dios, y principalmente cuando está consciente de su rol y
de la autoridad que tiene para impartir bendición para su familia. También es
importante la clase de vida que el padre vive, porque esto determinara la
bendición o maldición que sus hijos y los hijos de sus hijos recibirán por
herencia.
En el pasaje de este día,
podemos ver como los padres tenían la autoridad y el discernimiento para
bendecir a sus hijos. Lo que ellos declaraban acerca de sus hijos se cumplía al
pie de la letra. Tanto Jacob como José pudieron ver a sus hijos y a los hijos
de sus hijos, y al final de sus vidas, ellos pudieron impartir la bendición
exacta de Dios, en la vida de cada uno de sus ellos. Esto era muy importante ya
que las palabras de bendición de bendición determinarían lo que ocurriría en la
vida de ellos. Algunos ejemplos de cómo ellos declararon bendición a sus hijos
son los siguientes; Y José tomó a los dos, a Efraín con la derecha, hacia la
izquierda de Israel, y a Manasés con la izquierda, hacia la derecha de Israel,
y se los acercó. Pero Israel extendió su derecha y la puso sobre la cabeza de
Efraín, que era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, cruzando
adrede sus manos, aunque Manasés era el primogénito. Y bendijo a José, y dijo:
El Dios delante de quien anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que ha
sido mi pastor toda mi vida hasta este día, el ángel que me ha rescatado de
todo mal, bendiga a estos muchachos; y viva en ellos mi nombre, y el nombre de
mis padres Abraham e Isaac; y crezcan para ser multitud en medio de la tierra. (Gen
48:13-16) Jacob bendijo a los hijos de José de acuerdo a como Dios le mostró
sobre quien estaría una mayor bendición. Otro ejemplo los vemos en Rubén, Rubén, tú eres mi primogénito, mi poderío y el
principio de mi vigor, prominente en dignidad y prominente en poder.
Incontrolable como el agua, no tendrás preeminencia, porque subiste a la cama
de tu padre, y la profanaste: él subió a mi lecho. (Gen 49:3-4) En este
caso Rubén perdió el primer lugar entre sus hermanos, pero no solamente él,
sino también sus hijos, por causa de su pecado. La declaración de bendición que
el padre declaraba sobre la vida de sus hijos determinaba la bendición que recibirían
cada uno de ellos. Todas estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo
que les dijo su padre cuando los bendijo. A cada uno lo bendijo con la
bendición que le correspondía. (Gen 49:28)
También la Biblia enseña
claramente que no solamente a través de las palabras bendecían o maldecían a
sus hijos, pero si los padres habían vivido una vida de pecado, o de obediencia
esto determinaría si recibían maldición, o bendición, tanto para ellos como
para sus descendientes hasta la cuarta generación. Si hemos entendido
claramente esta práctica bíblica de bendecir deberíamos de buscar la bendición
de Dios que viene a través de nuestros padres. ¿Cómo fue la relación con tus
padres? ¿Los honrabas? ¿Cómo fue la relación de ellos hacia ti? Es importante
entender que, aunque ellos no hayan sido personas que entendían el poder que
tienen sus palabras sobre la vida de sus hijos, y fueron descuidados en las
palabras que pronunciaron sobre tu vida, tú puedes cancelar toda maldición que
ellos pronunciaron sobre tu vida. Recuerda que la escritura declara que Jesús
se hizo maldición para quitar toda maldición que hubiera en nuestras vidas, Cristo nos rescató
de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito:
“Maldito todo el que es colgado de un madero."(Gal 3:13 NVI) Toma las palabras que ellos hayan
pronunciado sobre tu vida, y declara que ahora eres libre en Cristo. Para los
que somos padres, necesitamos vivir de tal manera que por nuestra conducta
obtengamos para nosotros mismos la bendición y el propósito de Dios, para que
de esta forma podamos trasmitir a la vida de nuestros hijos el propósito y la
bendición de Dios a sus vidas.
Oración:
- Pedir sujeción a sus
propósitos en nuestras vidas.
- Una vida de obediencia
que resulte en un legado de bendición para nuestros hijos.
- Pedir una lengua llena de
palabras de bendición. Ser sensible en dar palabras de bendición a los que
no rodean.
- Discernimiento del propósito
de Dios en nuestras vidas.
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2 comentarios:
Estimado hermano(a), mis agradecimientos por estos sanos consejos, que el Dios de paz le sigue bendiciendo a usted y todos sus seres queridos.
Rolando.
gracias por tu comentario
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