lunes, 29 de diciembre de 2008

Día No 24, Trasformados por su Propósito


Lectura del día: Gen.28:10-30:43
Verso Central Génesis 28: 20-21

Luego Jacob hizo esta promesa: «Si Dios me acompaña y me protege en este viaje que estoy haciendo, y si me da alimento y ropa para vestirme, y si regreso sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios. (BAD)


Antes de que el propósito de Dios se cumpla en nuestras vidas, es necesario que primero seamos trasformados a la imagen de Jesús; esta es la meta de Dios, y su propósito para nuestras vidas es el medio para lograrlo. Esta es la parte que a muchos no les gusta, porque por lo general, queremos que inmediatamente se cumpla el propósito de Dios en nuestras vidas. Esa fue una de las razones porque Moisés quiso en sus propias fuerzas libertar a su pueblo de la esclavitud y mato al Egipcio. También Abraham y Sara quisieron tener un hijo por ellos mismos, sin la bendición de Dios. Antes de que Dios haga algo a través de nosotros, primero obrara en nosotros, para que entonces el milagro ocurra a través de nosotros. No se trata de esperar hasta que Dios nos trasforme por completo, para comenzar a hacer su propósito, pero es en el proceso de cumplir su propósito, que estaremos siendo trasformados.

Su propósito es el medio que Dios usara para transformarnos. Veamos el caso de Jacob quien estaba dando comienzo en su formación para convertirse en el medio a través del cual Dios bendeciría a las naciones de la tierra. Fue en el, quien dio comienzo la multiplicación de la nación judía, hasta ahora Abrahán solamente tuvo un hijo de la promesa. Isaac había tenido solamente dos hijos, pero ahora en Jacob comenzaba la multiplicación de la nación, y en sus hijos se formaría lo que más tarde serian las doce tribus de Israel. Después de que Dios se le revelara de una manera sobrenatural y le muestra el propósito para su vida, Jacob hace un voto (promesa) a Dios pidiendo su bendición en el camino que tenía por delante. Una de las cosas más importantes en la vida es que nos consagremos al propósito que Dios tiene para nuestras vidas. Jacob llego a la casa del que sería su suegro, Laban y ahí no solamente adquirió su familia, pero fue en ese lugar que comenzó el proceso de formación, para dejar de ser Jacob, y convertirse en Israel. El nombre Jacob implicaba, Aquel que toma por el talón; que suplanta.» su nombre indicaba la clase de vida que había vivido, antes de tener la revelación de su llamado. Una vida en la cual se valía de cualquier medio, incluso mentir, engañar, para conseguir sus propósitos. Cuando vio a su hermano hambriento no desaprovecho la oportunidad para sacarle provecho a su situación y convenció a su hermano de venderle su primogenitura, cuando su padre estaba a punto de morir junto con su madre engaño a su padre para obtener la bendición, que su padre tenía planeado entregar a su hermano.

En la casa de Laban Jacob aprendió a confiar en Dios, al fin de más de 20 años de vivir en su casa decidió regresar a la tierra prometida, en su camino de regreso, Jacob sabía que tenía que enfrentar su pasado, al enfrentar a su hermano. Mas fue en su regreso a la tierra de la promesa que Dios hizo el milagro más grande en la vida de Jacob. Camino de regreso a la tierra de la promesa, Jacob tuvo un encuentro transformador con Dios, y fue ahí donde Dios completa la transformación, no solamente le cambia el nombre a Israel, que significaba “príncipe” si no que cambio el carácter del patriarca. Ahora Israel, estaba listo para ser el canal de bendición, a través del cual todas las familias de la tierra serian bendecidas. Dios cumpliría la promesa que le hizo a Abraham y que ahora se cumpliría en Jacob. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido. (Gen 28:15, ver Romanos 4:21, 2 Tim. 1:12, Heb.12:2)
Varios años atrás, cuando Jacob dio principio a su "caminar" siguiendo el propósito de Dios, Jacob hizo un voto (promesa) a Dios, donde le pedía las siguientes cosas; La compañía y la protección de Dios, provisión para su comida y vestido, así como ser guardado sano y salvo hasta que regresara a la tierra de la promesa. Jacob por otro lado se comprometía a reconocer personalmente a Jehová como su Dios, y que le daría la décima parte de todo lo que Dios le diera. (Ver Génesis 28:10-22)  Esta sería la manera de indicarle a Dios su agradecimiento, pero también su entrega. Dios no solamente le dio lo que Jacob le pidió, pero además Dios cambio por completo la vida de Jacob, transformándolo en el príncipe de Dios.

¿Cuál es el propósito de Dios en tu vida?
¿Qué cosas Dios ha estado tratando en tu vida que te ayudaran a cumplir sus propósitos?

Recuerda que antes de que Dios haga algo a través de ti, primero quiere hacer algo en ti. El usa vasos que ha santificado, y formado para cumplir sus propósitos. Durante este día piensa en las cosas que Dios ha estado tratando y pide que te muestre su voluntad.
Oración:                                                                                                                             

  • Pedir discernimiento para entender la voluntad/propósito de Dios en tu vida.
  • Obediencia y perseverancia para mantenerse sin desviarse de su propósito.
  • Has un voto a Dios en relación a su propósito para tu vida, se especifico en las cosas que quieres que Dios te dé, y en las cosas que le ofreces a Dios.



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lunes, 22 de diciembre de 2008

Día No 23, Cumpliendo su Propósito


Lectura del día: Génesis 27:1-28:9; 36:1-43; 1 Crónicas 1: 35-54
Verso Central Génesis 28: 3-4

Que el Dios todopoderoso te bendiga y te dé muchos descendientes, para que de ti salgan muchas naciones. Que te dé a ti, y también a tus descendientes, la bendición que le prometió a Abraham, para que sean dueños de esta tierra donde ahora vivimos como extranjeros, pues él se la prometió a Abraham."
(DHH)


Dios decide el propósito de la vida para cada persona. El propósito de Dios en la vida de una persona no depende de favoritismos o de que una persona sea preferida por sus líderes, padres o por cualquier otra persona, sino que este determinado exclusivamente por Dios. Desde el momento de su nacimiento Dios había escogido a Jacob sobre Esaú, la escritura nos dice, y él le contestó: «Dos naciones hay en tu seno; dos pueblos se dividen desde tus entrañas. Uno será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor.» (Gen 25:23 BAD) Pablo añade lo siguiente a este punto, No sólo eso.  También sucedió que los hijos de Rebeca tuvieron un mismo padre,  que fue nuestro antepasado Isaac. Sin embargo, antes de que los mellizos nacieran, o hicieran algo bueno o malo, y para confirmar el propósito de la elección divina, no en base a las obras sino al llamado de Dios, se le dijo a ella: "El mayor servirá al menor." Y así está escrito: "Amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú." ¿Qué concluiremos?  ¿Acaso es Dios injusto? ¡De ninguna manera! Es un hecho que a Moisés le dice: "Tendré misericordia de quien yo tenga misericordia; y me compadeceré de quien yo me compadezca." Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano sino de la misericordia de Dios. (Rom. 9:10-16 NVI) Claramente Dios había escogido a Jacob, para ser el heredero de la bendición y la promesa de la tierra prometida que estaba en la vida de Isaac, así como el la había recibido de su padre Abraham.
Ahora cuando Isaac sentía que su vida llegaba a su fin, decide entregar la bendición a Esaú. A pesar de que sabía la palabra que se había declarado sobre la vida de sus hijos desde antes de que nacieran. (Gen. 25:22-23) La razón porque Isaac actuaba así, era por el favoritismo que sentía por su hijo Esaú, Isaac quería más a Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba; pero Rebeca quería más a Jacob. (Gen 25:28 BAD) Jacob sabia claramente que Dios había escogido a Jacob para recibir la bendición, pero él se dejo influenciar por su sentimiento de Padre, que tenía como predilecto a su hijo Esaú en vez de hacer lo que Dios claramente había declarado. Lo más seguro es que Rebeca tampoco quería la bendición para su hijo Jacob por obediencia al mandamiento divino, sino porque ella amaba mas a Jacob que a Esaú. En esta historia vemos como las personas no aceptan o no están de acuerdo con el propósito de Dios para sus vidas, y hacen lo que pueden para hacer las cosas a su manera a pesar de que Dios les había indicado a quien le pertenecía la bendición.  Esto es lo que siempre necesitamos hacer:

En primer lugar, lo más importante que una persona necesita hacer es pedirle a Dios que le revele su propósito para su vida, y luego dedicar su vida a cumplirlo. Nuestra responsabilidad no es la de determinar que queremos hacer en nuestra vida, sino de cumplir su propósito. No se trata de forjar nuestro destino, sino de descubrir el designio divino. (Es más poderoso en nuestro estado de ánimo saber que estamos cumpliendo el designio divino, que nuestros planes.) En el caso de Isaac y Rebeca ellos querían que su hijo predilecto fuera el escogido para recibir la bendición de la promesa de Abraham. Lo correcto es que ellos hubieran aceptado y motivado a sus hijos a seguir el propósito de Dios para cada uno de ellos sin mostrar favoritismos.

En segundo lugar, aunque lo deseemos no podemos cambiar el propósito de Dios para nuestras vidas. Estos padres quisieron cambiar el propósito de Dios a su manera, además en el caso de Rebeca y Jacob estuvieron dispuestos a mentir, engañar, para cumplir sus deseos. No necesitamos de mentir, engañar, o de usar nuestra estrategia humana para cumplir su propósito en nuestras vidas. El elemento esencial para el cumplimiento de su propósito es la fe y la obediencia a sus promesas. Antes que nada debemos de buscar su propósito.

En tercer lugar, se necesita obediencia, y perseverar en hacer su voluntad hasta que se cumpla en nuestras vidas. Pablo lo dijo de la manera más perfecta cuando dijo, Mantengámonos firmes, sin dudar, en la esperanza de la fe que profesamos, porque Dios cumplirá la promesa que nos ha hecho. (Heb. 10:23 DHH)
Al fin Isaac entiende y acepta el propósito de Dios para sus hijos, al confirmar la promesa y la bendición en la vida de Jacob, le declara a su hijo estas palabras que confirmaban el propósito de Dios en su vida, Que el Dios todopoderoso te bendiga y te dé muchos descendientes, para que de ti salgan muchas naciones. Que te dé a ti, y también a tus descendientes, la bendición que le prometió a Abraham, para que sean dueños de esta tierra donde ahora vivimos como extranjeros, pues él se la prometió a Abraham." (Gen 28:3-4 DHH)
Oración:                                                                                                                             

  • Pedir discernimiento para entender el propósito de Dios en tu vida.
  • Proponte no dejarte influenciar por los sentimientos o deseos personales o de otras personas.
  • Obediencia y perseverancia para mantenerse sin desviarse de su propósito. 

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lunes, 15 de diciembre de 2008

Día No 22, La Cosecha Abundante de la Obediencia


Lectura del día: Gen.25:1-4; 1 Cron. 1:32-34; Gen 25:5-6; 1 Cron. 1:34; Gen. 25:19-26; Gen 25:7-11; Gen 25: 27-26:35
Verso Central Génesis 26:12

Isaac sembró en aquella región, y ese año cosechó al ciento por uno, porque el Señor lo había bendecido. (BAD)

Sera más bendecido, el obediente en tiempos de escases, que el desobediente en tiempos de abundancia. Aun cuando la economía esté pasando por tiempos de escasez (desempleo, recesiones, poco trabajo, etc.) seremos más bendecidos si obedecemos la palabra de Dios, que el desobediente en tiempos de abundancia. El capitulo 26 describe en forma resumida la vida de Isaac, en el mismo se ven varias similitudes a la de su padre Abraham. El capitulo comienza diciéndonos acerca del hambre que había en la tierra. La intención de Isaac era la de ir a Egipto y escapar del hambre y la necesidad que había venido a Canaán. Isaac estaba a punto de tomar esta decisión, cuando Dios se le aparece y le cambia los planes. Dios renueva el pacto que había hecho con su padre Abraham y le pide que se quede en esa tierra, y que no descendiera a Egipto. Canaán era la tierra de la promesa.
Nuevamente como vimos en el comentario anterior andar por fe no es asunto de lógica humana. No se trata de tomar decisiones porque desde nuestro punto de vista es lo que más nos conviene. Desde el punto de vista humano, la tierra que Dios le pedía que se quedara estaba pasando por hambre, escasez, la decisión lógica sería la de salir de esa tierra e ir a la tierra de abundancia, a Egipto. Pero la promesa de Dios estaba en Canaán no en Egipto. Egipto representa la prosperidad material fuera de la voluntad de Dios, mientras que Canaán representa la tierra de la promesa de Dios. Isaac obedeció la voz de Dios cuando le dijo, Reside en esta tierra y yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré contigo el juramento que juré a tu padre Abraham. Y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque Abraham me obedeció, y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes. Habitó, pues, Isaac en Gerar. (Gen 26:3-6) Notemos que Dios mismo pone el énfasis en la obediencia de Abraham a su palabra, como la razón por la cual Dios lo bendijo. Esto no es asunto de que Dios es bueno con unos y se olvida de otros, es asunto de obedecer su palabra, si es que queremos su favor en nuestras vidas. (v.5) la obediencia siempre producirá bendición de Dios. Isaac no solamente se quedo en la tierra, pero en un acto de fe y obediencia decide sembrar en esa tierra de la promesa. Esta es una siembra “profética” que provoco cambios en el mundo natural, porque desde el punto de vista humano era el peor tiempo para sembrar. En vez de haber sembrado, se hubiera quedado con la semilla. Pero su siembra cancelo en su vida, el hambre y la escasez que había en la tierra. Isaac demuestra que él había creído la promesa de Dios, ya que el acto de sembrar está acompañado por la expectativa de estar esperando con fe la cosecha. El resultado fue tremendo, veamos como lo describe la escritura, Isaac sembró en aquella región, y ese año cosechó al ciento por uno, porque el Señor lo había bendecido. Así Isaac fue acumulando riquezas, hasta que llegó a ser muy rico. (Gen 26:12-13 BAD)
La lección que aprendemos es que entre más grande sea la necesidad, es cuando más debemos de actuar por fe. Como vemos, fue ahí en la tierra que estaba pasando por crisis económica, donde Dios bendijo y prospero grandemente a Isaac. Aquellos que siguen a Jesús no dependen de las circunstancias, de la geografía, ni de la condición de la economía para ser bendecidos. Esto es lo que necesitamos para ser bendecidos aun en tiempo de escasees: 
En primer lugar, necesitamos escuchar su voz, y luego actuar en fe, obedeciendo su voz. ¡Es de suma importancia entender cuál es la voluntad de Jesús para nuestras vidas! Porque de eso dependerá las decisiones que debemos de tomar en cualquier área de nuestra vida. En segundo lugar, nuestra espera no debe de ser pasiva, sino activa; Isaac sembró en esa tierra.

  • ¿Qué cosas Dios quiere que tu siembres? (tu tiempo, tu talento, y tu tesoro)
  • ¿Cómo demostraras tu fe en la promesa de Dios? 
  • ¿Qué cosas prácticas y sencillas deben comenzar a hacer? 
  • ¿Qué actitudes debes cambiar? 
  • ¡Examina los lugares y personas donde estas sembrando si son buena tierra! 
El lugar más productivo para sembrar, es la visión de Dios para nuestras vidas, ahí Dios espera que como el grano de trigo te siembres a ti mismo, siembra tus sueños, anhelos, todo tu ser, porque esa será la única forma que tu vida cumplirá su propósito. ¡Al que siembra su vida misma, Dios le dará una cosecha que será del ciento por uno, y la multiforme bendición de Dios te seguirá todos los días de tu vida!

Oración:
• Renovar el compromiso de sembrar nuestra vida en sus propósitos.
• Renunciar a todo lo que estorbe para que su propósito se cumpla en nuestra vida.

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lunes, 8 de diciembre de 2008

Dia 21, La Prueba de la Fe


Lectura del día: Génesis 22:1-24:67
Verso Central Génesis 22:5

Entonces Abraham dijo a sus mozos: Quedaos aquí con el asno; yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros.

En la medida que crezcamos en nuestra fe, creceremos en obediencia y el resultado de una mayor obediencia es que Dios nos confiara una bendición más grande. Entre más le obedeces mas te confía su bendición. Esa es la lección más importante que aprendemos de la vida de Abraham. Dios llamo a Abraham aun cuando no le conocía, la Biblia describe a Abraham como una persona que adoraba otros dioses. Josué se dirigió a todo el pueblo, y le exhortó:—Así dice el Señor, Dios de Israel: “Hace mucho tiempo, vuestros antepasados, Téraj y sus hijos Abraham y Najor, vivían al otro lado del río Éufrates, y adoraban a otros dioses. (Josué 24:2 BAD) El llamado de Abraham y su respuesta de salir de su tierra fue su primer muestra de fe y obediencia. Ahora en este pasaje, después de 30 años de seguir a Dios en base a su promesa, Abraham se enfrenta a la prueba más grande de su vida. Dios le pide a Abrahán que le entregué en sacrificio a su único hijo. Esta fue la petición de Dios a Abraham, Pasado cierto tiempo, Dios puso a prueba a Abraham y le dijo: — ¡Abraham!—Aquí estoy —respondió. Y Dios le ordenó: —Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré. (Génesis 22:1-2 BAD) Dios estaba claramente probando la fe de Abraham, porque es a través de las pruebas que nuestra fe crece. Esta petición no tenía sentido de acuerdo a la lógica humana. En primer lugar porque se trataba de su hijo, ¿Qué padre estaría dispuesto a cortar el cuello a su mismo hijo? En segundo lugar, su hijo Isaac era su único hijo. En tercer lugar, ¿Cómo se cumplirían las promesas de Dios de tener una descendencia tan grande como las estrellas del cielo? Esta no fue una prueba sencilla, sino que estaba probando a Abraham en lo que el más amaba. Estaba siendo probado en aquello a los cual había dedicado toda su vida. Todo esto nos ayuda a ver claramente como para este tiempo, la fe de Abraham se había madurado de tal forma que no titubeo en ningún momento de obedecer la orden de Dios. En ningún momento Abraham permitió que sus emociones, o las palabras de su hijo fueran un obstáculo para hacer la voluntad de Dios en su vida. Para este tiempo en la vida de Abraham existía la plena convicción de que Dios era fiel a sus promesas y que las circunstancias no determinaban el cumplimiento de las mismas. Si Dios dijo que haría algo, el estaba convencido de que Dios era fiel. Fue en este acto supremo de obediencia que Abraham tuvo la revelación más grande de su vida. Abraham pudo “visualizar” a Jesús muriendo en la cruz, y también el pudo “ver” la victoria de Jesús sobre la muerte. Jesús mismo testifica de esta experiencia que Abraham tuvo, Vuestro padre Abraham se regocijó esperando ver mi día; y lo vio y se alegró. (Juan 8:56) Cuando Abraham estaba ofreciendo a su hijo en sacrificio, el pudo ver el plan eterno de Dios para la humanidad. Ahí el pudo comprender que a través de “uno de sus hijos”, el seria de bendición a todas las naciones de la tierra. Fue una experiencia como ninguna que había tenido hasta ese momento en su vida. Su fe ahora se había perfeccionado al máximo. Ahora Abraham se había convertido en el padre de la fe. La lección más importante que podemos aprender es que la fe no es fe si no está acompañada de obediencia. En nuestra nuestras vidas debemos esperar el mismo trato de Dios para con Abraham. Nuestras vidas y experiencias son diferentes a las del patriarca Abraham, pero los mismos principios de obediencia, madures en la fe, debemos de pasar, para que Dios nos ayude a cumplir su propósito. Dios le dio a Abraham una visión que al principio no fue muy clara, pero esa visión tomo posesión de la vida de Abraham hasta el punto que esa visión transformo la vida de Abraham. Si te apasionas por la visión de Dios para tu vida, esta te trasformara. Seguir a Jesús como su discípulo solamente se camina por fe y este camino está marcado por etapas en las cuales avanzamos al obedecer a Dios en cada una de las cosas que no va pidiendo. En la medida que tu fe se desarrolle, Dios te confiara cosas más grandes. Recuerda la fe sin obediencia no es fe, y la fe que ha sido perfeccionada es aquella que está marcada por la obediencia absoluta a su voluntad. El fin de nuestra fe es que podamos cumplir el propósito de Dios en la vida.
Oración:
• Pedir a Dios que nos ayude a nos perseverar en medio de cualquier circunstancia.
• Siempre estar dispuesto a obedecer su voluntad.
• Sabiduría para discernir la voluntad de Dios en medio de cualquier situación.

lunes, 1 de diciembre de 2008

La Fidelidad de Dios - Día No 20


Lectura del día: Gen.19:1-21:34; Gen.25:12-18; 1 Cron. 1:28-31
Verso Central Génesis 21:1

Tal como el Señor lo había dicho, se ocupó de Sara y cumplió con la promesa que le había hecho. (BAD)

A pesar de las imperfecciones del hombre Dios siempre cumple sus propósitos. Si solamente usara personas que son perfectas, nadie calificaría para ser usado por Dios. Su plan eterno para la redención del hombre no es detenido por los errores de los hombres, el sigue adelante con su plan. En cada una de las historias que leímos este día, una cosa resalta de todas; que a pesar de que los hombres y las mujeres envueltos no fueron perfectos, Dios cumplió su propósito. La única cosa buena que podemos resaltar de las personas, es que fueron personas que a pesar de todo lo que estaba enfrentando; esterilidad, conflicto, hambre, tentaciones de poder y riquezas. Ellos se mantuvieron firmes creyendo en las promesas de Dios y al final vieron la fidelidad de Dios cumpliendo cada promesa que Dios le hizo. Este es un pequeño recuento de sus experiencias: Lot, este se estableció con su familia bajo la influencia de una ciudad que estaba llena de personas que eran depravadas, corruptas. Él lo hizo buscando la prosperidad económica, pero termino perdiendo todo lo que alcanzo en esa ciudad, perdió a su esposa, y en cierta forma, “perdió a sus hijas. Lo único que salvo fue la vida, Dios en su misericordia lo libro de morir en el juicio sobre Sodoma y Gomorra. Lot es el clásico ejemplo del que quiere tener todo, y lo termina perdiendo todo. Abraham, por otro lado, parece que no aprende de la lección que había tenido con su esposa en Egipto y vuelve a negarla como su esposa. A pesar de eso, Dios libra a Sara de tener relaciones con el Rey Abimelec, y en medio de todo esto, son bendecidos. También en este tiempo se cumple la promesa de Dios en sus vidas, y nace Isaac.
En estas historias tenemos dos lecciones: 

  • Primero que el plan de Dios se cumple a pesar de las imperfecciones de las personas. Para que Dios cumpla su plan eterno de salvación, no depende del hombre, El usa al hombre a pesar de sus imperfecciones. 
  • En segundo lugar, el hecho de que Dios use a las personas, eso no las excusa de sus pecados, ni los libra de sus consecuencias. Como en el caso de Abraham, la decisión de tener hijos de su sierva a la larga produjo enemistad entre Agar y Sara, entre Isaac e Ismael. Abraham tiene que echar a su hijo a quien amaba fuera de su casa, y en ese tiempo se establecen las bases para la enemistad que hasta nuestros días se da entre los judíos y los árabes. 
Dios lo siguió bendiciendo, pero no quito de sus vidas las consecuencias de sus malas decisiones. Además en el caso de Lot, el había tenido la oportunidad de disfrutar de todas las bendiciones de Dios, al haber permanecido cerca de su tío Abraham, pero la ambición personal lo llevo a tomar malas decisiones, llevando a alcanzar todo lo que había deseado en la vida, dinero, posición social de respeto, una familia prospera, pero el precio que pago fue el de perderlo todo en un instante. Estas lecciones nos deben de llevar a dos cosas:

  • Primero nunca desmayar en nuestra fe porque Dios cumplirá en nosotros su propósito y confiar que en medio de cualquier situación saber que él está en control. No debemos de mirar la condición presente, como una regla para medir el futuro. Lo único que tenemos es su promesa, y ella nos debe sostener en medio de cualquier situación. 
  • En segundo lugar, debemos entender que si Dios nos bendice aun a pesar de nuestros errores, no pensemos que podemos seguir adelante con esos errores al fin y al cabo Dios es me está “usando” para cumplir sus propósitos, porque al igual que los personajes que leímos este día, si no nos guardamos, el precio que pagaremos será muy alto
Si Lot tuviera la oportunidad de volver a vivir su vida, ¿tomaría las mismas decisiones que tomo? De seguro que evitaría las malas decisiones. Nadie tiene la oportunidad de volver a vivir la vida una segunda vez, así que pidamos a Dios estas dos cosas: fidelidad y perseverancia para hacer su voluntad, y además una vida de obediencia y santidad para continuar con su bendición en todas las áreas de nuestra vida. Eso fue lo que Dios le pidió a Abraham para bendecidlo, Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive en mi presencia y sé intachable. Así confirmaré mi pacto contigo, y multiplicaré tu descendencia en gran manera. (Gen 17:1-2)

Oración:
• Pedir paciencia y fidelidad para ver el cumplimiento de sus promesas.
• Una mayor consagración a vivir en santidad, discernimiento para hacer las cosas a su manera y no a la nuestra.


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lunes, 24 de noviembre de 2008

Día No 19, Sabiendo Esperar en Dios


Lectura del día: Génesis 16:1 a 18:33
Verso Central Génesis 17:18-19

Y dijo Abraham a Dios: ¡Ojalá que Ismael viva delante de ti! Pero Dios dijo: No, sino que Sara, tu mujer, te dará un hijo, y le pondrás el nombre de Isaac; y estableceré mi pacto con él, pacto perpetuo para su descendencia después de él.

El éxito en la vida no depende principalmente de nuestras habilidades, ni de los recursos que tengamos, ni de la educación, o inteligencia que pudiéramos tener, el éxito mayormente dependerá de seguir los principios de Dios, o de hacer las cosas de acuerdo a sus promesas. Dios prometió a Abraham y Sara darles un hijo, pero estos entraron en una gran desesperación al ver que la promesa no se cumplía, y su desesperación los llevo a hacer las cosas a su manera. Ahí fue donde ellos comenzaron a errar porque el fruto de su decisión trajo problemas a su matrimonio, y más tarde produjo discordia entre los dos hijos de Abraham. El hijo que ellos decidieron tener y el hijo de la promesa. Dios le había prometido un hijo a Abraham cuando tenía 75 años, y ahora ya tenían 85 años y El y su esposa no tenían este hijo de la promesa. Cuando las promesas de Dios parecen no cumplirse, es cuando comenzamos a pensar que quizás no escuchamos bien, o que quizás nosotros estamos dependiendo para todo en El, y en el peor de los casos, podemos pensar hasta que nos equivocamos, y no hemos escuchado de Dios. En el caso de Abraham y Sara, quizás pensaron que 10 años eran mucho tiempo. Y al ver que el hijo no venia, decidieron seguir una costumbre de sus días, en la cual la esposa que no le podía dar hijos a su esposo le podía dar a una de sus criadas en su lugar para que al tener hijos la criada, la dueña los recibía y de esa manera los hijos de la criada pasaban a ser posesión de la dueña. Esta era una solución humana para una promesa de Dios, y como siempre, esto no funciona. Si queremos ver cumplidas las promesas de Dios en nuestras vidas debemos de seguir su palabra y no dejarnos llevar por costumbres, ideas, o estrategias humanas, antes que nada debemos de mantenernos firmes siguiendo los principios de su palabra. ¡Los principios de su palabra si funcionan! Si en nuestra vida hay una promesa de Dios, nunca permitamos que nada nos desvié el corazón de esa promesa. Sé que esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero precisamente, mientras esperamos el cumplimiento de la promesa, nuestra fe es fortalecida, y afirmada. Dios no necesito de 25 años para hacer el milagro, pero si tomo 25 años para que Abram se convirtiera en Abraham. En otras palabras esos 25 años no fueron una pérdida de tiempo, sino que, como siempre sucede, cuando Dios nos da una visión, su propósito no solamente es cumplir esa visión, sino que algo mas importante ocurre cuando nos da una visión, y nos apasionamos de ella, en el proceso de oír hasta el cumplimiento de las misma, Dios nos transforma a nosotros. Antes de que Dios no de algo a nosotros, primero hace algo en nosotros, y nos transforma en el proceso de hacer o cumplir lo que prometió que nos daría. En otras palabras, Antes de darnos algo para nosotros, primero hace algo en nosotros, para hacer ese algo a través de nosotros. El problema de muchos es que no entienden este proceso del trato de Dios, y al esperar, se desesperan y comienzan a desviarse del plan de Dios. En el caso de Abraham y Sara, quizás ellos empezaron a dudar de ellos mismos, “¿Quizás escuchamos mal la voz de Dios?” “¿A lo mejor no era Dios, quien nos hablo? ¿A lo mejor fue nuestra imaginación?” Estas y muchas otras palabras suenan en nuestra mente cuando esperamos las promesas de Dios, pero a diferencia de Abraham y Sara, no escuchemos esas voces, solamente mantengámonos aferrados a sus promesas y el las cumplirá. En medio de cualquier situación “descansa” en su palabra como el único lugar seguro donde cimentar tu vida. Si en nuestra vida tenemos una promesa de Dios, En la cumplirá, no desmayemos en el tiempo de la espera, porque aun lo que pensamos que tenemos, o que recibiremos se nos será quitado, si nos apartamos de sus propósitos. O como en el caso de Abraham y Sara, su decisión, produjo un hijo, que trajo conflicto, y aflicción, a la promesa que Dios les había prometido. El Salmista lo dijo de la siguiente manera, Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. (Salmo 40:1-3)
Oración:
• Pide paciencia para esperar en Dios y no dejarte llevar por las circunstancias.
• Discernimiento para entender la obra que Dios está haciendo en tu vida en estos momentos.
• Toma un tiempo para renovar en tu corazón las promesas que Dios te ha hecho.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Día No 18, Nuestro Altar


Lectura del día: Génesis 11:27 a 15:21
Verso Central Génesis 12:8

De allí se dirigió a la región montañosa que está al este de Betel, donde armó su campamento, teniendo a Betel al oeste y Hai al este. También en ese lugar erigió un altar al Señor e invocó su nombre. (NVI)

Una de las cosas más importantes en nuestra vida como discípulos de Jesús, es nuestra vida devocional. Si no tenemos un “altar” donde nos “encontramos” diariamente con Jesús, no podremos vivir una vida victoriosa. Nuestro altar, es nuestro tiempo devocional donde nos encontramos con él para adorarle, le presentamos nuestras necesidades, donde clamamos por misericordia, y donde presentamos nuestros cuerpos en sacrificio vivo (Rom.12:1). A través de toda la Biblia, vemos que los hombres y mujeres que sirvieron al Señor, construyeron altares donde ellos se presentaban y ofrecían lo mejor de ellos a él. También ahí, clamaban por la misericordia de Dios para sus necesidades. En nuestros días, es importante que cada discípulo tenga un “altar” donde pueda hacer lo mismo. Hoy en día, no necesitamos de altares de madera, piedra, o cualquier otro material. Sino que nuestro altar es ese tiempo “dedicado” o consagrado en nuestra vida diaria para encontrarnos con Jesús. Nosotros le llamamos, nuestro tiempo devociónal. En la lectura de este día, vemos esta verdad muy clara en la vida de Abraham. Siempre que el llegaba a morar en algún lugar lo primero que hacia era construir un altar. También, cada vez que recibía una revelación, o que Dios le bendecía, el construía un altar. En la lectura de este día veamos tres ejemplos; Allí el Señor se le apareció a Abram y le dijo: “Yo le daré esta tierra a tu descendencia." Entonces Abram erigió un altar al Señor, porque se le había aparecido. De allí se dirigió a la región montañosa que está al este de Betel, donde armó su campamento, teniendo a Betel al oeste y Hai al este. También en ese lugar erigió un altar al Señor e invocó su nombre. (Gen 12:7-8 NVI) En primer lugar, en estos altares vemos a Abraham recibiendo la revelación del propósito de Dios para su vida. (v.7) De igual manera nosotros podremos recibir la revelación del propósito de Dios para nuestras vidas en nuestro “altar” personal. ¡Ve y recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque a ti te lo daré!" Entonces Abram levantó su campamento y se fue a vivir cerca de Hebrón, junto al encinar de Mamré. Allí erigió un altar al Señor. (Gen 13:17-18 NVI) En segundo lugar, podemos notar que Abraham erigía un altar donde quiera que estuviera, de igual manera nosotros necesitamos tener como prioridad nuestra vida devocional. No importaba donde, o bajo qué circunstancias, siempre erigía un altar, esto era una prioridad en su vida. Por esta razón vemos a Abraham que donde quiere que fuera, y establecía su hogar construía un altar. Cuando llegaron al lugar señalado por Dios, Abraham construyó un altar y preparó la leña. Después ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. (Gen 22:9 NVI) Por último, vemos que Abraham le rinde a Dios lo más preciado que el tenia; su hijo. Este fue el sacrificio máximo que Abraham le ofreció a Dios. En aquellos días el altar tenía como propósito principal, el de ser el lugar consagrado donde las personas presentaban sus ofrendas y sacrificios a Dios. En ese lugar se hacía pacto con Dios, o se expresaba el agradecimiento por algún favor recibido. El altar representaba el punto de contacto entre lo divino y lo humano, y esto era posible porque en ese altar había un sacrificio. Por supuesto que el sacrificio que nos hace aceptables a Dios es el sacrificio de Jesús en la cruz, pero también somos exhortados a ofrecer a Dios otro sacrificio no de salvación, pero consagración. Debemos de presentar un sacrificio agradable a Dios, mas no de animales, o de alimentos, hoy en día debemos de ofrecer el mejor sacrificio, el que es agradable y aceptable ante Dios. Pablo lo puso de esta forma, Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, os ruego que cada uno de vosotros, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. (Rom 12:1) En tu altar personal, Dios espera que diariamente te rindas por amor a Jesús a ti mismo. El espera que cada día entreguemos nuestros “cuerpos” o todo nuestro ser en sacrificio vivo, para él. Este sacrificio representa una vida consagrada, en santidad, y obediencia a sus propósitos. Esto solamente es posible con su ayuda y su gracia, que él quiere darnos diariamente en nuestro tiempo devocional. El tiempo devociónal no es un tiempo rutinario, sino que es el lugar donde Dios nos habla, revela, guía, y ama. ¡Que en nosotros se forme la convicción personal de una entrega total a Dios! ¿Cómo está tu altar? ¿Necesitas construir el tuyo? ¿Quizás esta en necesidad de reparación?
Oración:
• Examinar la condición en la cual se encuentra nuestro altar de oración.
• Pedir a Dios que nos ayude a que en todo momento tengamos un altar donde nos encontramos con él.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Día No 17, Cuando se Cumple su Propósito


Lectura del día: Job 40:1 a 42:17
Verso Central Job 42: 5-6

De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por tanto, me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza.»
(BAD)

Cuando se cumple el propósito de Dios en las pruebas que ha permitido en nuestras vidas, el mismo nos da la salida de la prueba. Aun hasta de los problemas que ocurren por nuestras malas decisiones, Dios los usa para enseñarnos sus propósitos. Es ahí donde se cumple, el que todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios. (Romanos 8:28) En medio de sus pruebas, Job había lamentado, reclamado, renegado, llorado, y también declaro palabras de fe, pero sobre todo, tenía una actitud de que Dios no había sido justo al permitir todas cosas que le ocurrieron, a pesar de que él se había esforzado toda la vida en ser justo. Lo tremendo es que a pesar de toda su integridad, y deseo de agradar a Dios, Job en verdad no conocía a Dios. Hasta que Dios se manifiesta y confronta a Job, su actitud cambio de una manera radical, de demandar a Dios que le responda a sus preguntas. Veamos sus palabras, Entonces respondió Job, y dijo: Aun hoy mi queja es rebelión; su mano es pesada no obstante mi gemido. ¡Quién me diera saber dónde encontrarle, para poder llegar hasta su trono! Expondría ante El mi causa, llenaría mi boca de argumentos. Aprendería yo las palabras que El me respondiera, y entendería lo que me dijera. ¿Contendería El conmigo con la grandeza de su poder? No, ciertamente me prestaría atención. (Job 23:1-6) También veamos como culpa a Dios de todo lo que le está sucediendo, Y ahora en mí se derrama mi alma; días de aflicción se han apoderado de mí. De noche El traspasa mis huesos dentro de mí, y los dolores que me corroen no descansan. Una gran fuerza deforma mi vestidura, me aprieta como el cuello de mi túnica. El me ha arrojado al lodo, y soy como el polvo y la ceniza. Clamo a ti, y no me respondes; me pongo en pie, y no me prestas atención. Te has vuelto cruel conmigo, con el poder de tu mano me persigues. (Job 30:16-21) mas después de que Dios se revela a Job, este cambia su actitud, y ahora demuestra una actitud de sometimiento total a la soberanía de Dios, Job respondió entonces al Señor. ">Le dijo: «Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes. “¿Quién es éste”, has preguntado, “que sin conocimiento oscurece mi consejo?”Reconozco que he hablado de cosas que no alcanzo a comprender, de cosas demasiado maravillosas que me son desconocidas(Job 42:1-3 BAD) Por fin Job pudo conocer en verdad a Dios. En el corazón de Job, Dios ya no era una historia, o una religión, o ritos, o un juez que estaba listo para castigar al hombre al primer pecado que el hombre cometa. Ahora Job conoce personalmente a Dios, ya no era de “oídas” sino que ahora había experimentado personalmente a Dios, De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por tanto, me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza.» (Job 42:5-6 BAD) Una de las cosas que buenas que salió de la prueba de Job, es que pudo tener una revelación clara del carácter y de la gracia de Dios. Con sus palabras está diciendo que todo lo que antes había entendido acerca de Dios, había quedado atrás, y que ahora en verdad le conocía. Cuando se cumple el propósito de Dios en nuestras vidas, el tiempo de la prueba termina. Job había entendido que significa confiar plenamente en Dios con todo el corazón, aun en el momento de mayor dolor y sufrimiento. La fe no es fe cuando no es puesta a prueba, la verdadera fe se forja en el fuego de la prueba. Después de que se cumple el propósito, volvía a ser restaurado a un lugar de honor y bendición. Después de haber orado Job por sus amigos, el Señor lo hizo prosperar de nuevo y le dio dos veces más de lo que antes tenía. (Job 42:10 BAD) Una de las lecciones más difíciles de entender es que antes de que Dios haga algo por nosotros, el primero está interesado en hacer algo en nosotros, y cuando se cumple lo que está haciendo en nosotros, entonces hace algo por nosotros. Job primero fue transformado, después fue usado para bendecir a sus amigos, y al fin fue bendecido, el doble de todo lo que antes había tenido. Cuando estemos pasando por el fuego de la prueba, nunca dudemos del amor y cuidado de Dios sobre nuestra vida. Más bien pidamos que nos de sabiduría para entender el porqué, ¿Qué cambios debemos hacer en nuestra vida? ¿Qué cosas puedo aprender de mi situación? Más nunca dudemos del amor y la gracia de Dios en nuestra vida. ¡Descansemos en sus promesas que son fieles y verdaderas!
Oración:
• Discernimiento para entender el propósito y trato de Dios en nuestras vidas
• Un espíritu de sometimiento a su soberanía y trato con nosotros.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Día No 16 Sometiéndonos a su Soberanía


Lectura del día: Job 38:1 a 39:30
Verso Central Job 38: 2-3

¿Quién es éste que oscurece el consejo con palabras sin conocimiento? Ciñe ahora tus lomos como un hombre, y yo te preguntaré, y tú me instruirás.

La soberanía de Dios es absoluta y lo más importante no es entenderla, pero tener una actitud de sometimiento a la misma. Antes que entender, necesitamos aceptar sus designios y propósitos, aun cuando no los podamos entender completamente. Si las cosas terrenales no las podemos entender completamente, ¿Cómo es que queremos entender los motivos y las razones de cada uno de los actos soberanos de Dios? Job había estado demandando de Dios una respuesta del porque de su sufrimiento. El no podía comprender porque le habían sucedido semejantes problemas, porque él se considera justo. No podía comprender como Dios había permitido que semejantes cosas le ocurrieran a él. La respuesta de Dios a Job a todas sus preguntas, fue no darle una respuesta. Dios simplemente ignora las preguntas de Job y se limita a declarar en estos dos capítulos, (38, 39) que las cosas que él ha hecho son tan maravillosas que a Job le son imposibles de entender, y que Job no tiene el derecho, ni la capacidad de disputar los actos soberanos de Dios. Dios le dijo, Entonces el SEÑOR respondió a Job desde el torbellino y dijo: ¿Quién es éste que oscurece el consejo con palabras sin conocimiento? Ciñe ahora tus lomos como un hombre, y yo te preguntaré, y tú me instruirás. ¿Dónde estabas tú cuando yo echaba los cimientos de la tierra? Dímelo, si tienes inteligencia. (Job 38:1-4)

A través del discurso que tenemos en estos capítulos, Dios le declara a Job que si él no entiende las cosas naturales de la creación, cosas que están a su simple vista, ¿cómo es que entenderá las razones y propósitos de los actos soberanos de Dios? En la respuesta que Dios le da a Job, se nos revela uno de los propósitos principales del libro de Job; más que entender el porqué de las cosas, o de dudar de las promesas de Dios, el creyente debe de confiar en un Dios que es sabio y que nunca se equivoca, aun y cuando humanamente pareciera que todo está mal.

También el Señor le declara que él no es injusto, y que en todo tiempo Job (y nosotros) necesitamos confiar en su justicia. El hombre se debe someter a la soberanía de Dios, no porqué todo funciona como él cree, si no que a pesar de no entender las cosas, todavía sigue confiando absolutamente en Dios y en su sabiduría, y su gracia. Job había dado muestras de entender esto en algunas de sus palabras que declaro, por ejemplo manifiesta esta fe en Dios cuando declaro, Yo sé que mi Redentor vive, y al final se levantará sobre el polvo. Y después de deshecha mi piel, aun en mi carne veré a Dios; al cual yo mismo contemplaré, y a quien mis ojos verán y no los de otro. ¡Desfallece mi corazón dentro de mí! (Job 19:25-27)

Job lucho por mantenerse firme, pero al final, en vez de confiar en Dios, se puso a discutir con él y en cierta forma a culparlo de sus problemas. En forma general, su actitud era la de demandar a Dios una razón del porque de su sufrimiento. La respuesta de Dios fue la de ignorar sus demandas, y hacerle ver que era inútil que discutiera con El. Lo mejor es someterse a su sabiduría y gracia, aun a pesar de no entender.
De hecho el libro de Job no da una respuesta clara a las preguntas que el libro hace, porque cada uno de nosotros de tiempo en tiempo somos llamados por Dios a confiar en él a pesar de nuestra falta de entendimiento.

¿Creemos en un Dios bueno, misericordioso, sabio, o no creemos?
¿Necesita Dios explicarnos todas las cosas para que confiemos en él?
¿O le creemos porque confiamos que él es un Dios soberano, todopoderoso y que todo está en sus manos?
¿O solamente confiamos en el porqué ha cedido a nuestras demandas?

La actitud correcta es la de confiar aun a pesar de que no entendemos las cosas. Por esta razón necesitamos su sabiduría, para no vivir por vista, sino por la fe en su palabra.

Oración:

  • Pida conocerle cada día mas y que confié en todo momento en su sabiduría. 
  • Sabiduría para entender sus propósitos.
  •  Un espíritu de sometimiento a su soberanía.


(si desea ver otro mensaje sobre este mismo tema pero en la vida de David haga clik aqui)


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lunes, 27 de octubre de 2008

Día No 15 Abriendo el Corazón a su Corrección


Lectura del día: Job 35:1 a 37:24
Verso Central Job 36:11-12

Si escuchan y le sirven, acabarán sus días en prosperidad y sus años en delicias. Pero si no escuchan, perecerán a espada, y morirán sin conocimiento.

Las consecuencias del pecado siempre son destrucción y muerte en la vida de la persona. Nunca la cosecha del pecado será una felicidad duradera, sino que siempre, tarde o temprano el pecado dará a luz la muerte. No podemos tomar el fuego del pecado y esperar que su llama no nos queme. El pecado produce castigo a la persona que lo hace, aunque a la mayoría de las personas no les gusta esta verdad, esta es una de las verdades principales de la lectura de este día. El libro de Job dice, Tú dices que Dios no se enoja ni castiga, y que no se da cuenta de tanta maldad; pero tú, Job, abres la boca y dices tonterías; hablas mucho y no sabes lo que dices." (Job 35:15-16 NIV)
El pecado no solamente afecta a la persona que comete el pecado, si no que siempre trae consigo consecuencias aun a terceras personas. Hagas el mal o hagas el bien, los únicos afectados serán tus semejantes. (Job 35:8 BAD) En el caso del hombre como esposo y como padre, sus pecados afectan la vida de su cónyuge, y también la vida de sus hijos. Si es líder, afectara la vida de sus discípulos, y la congregación de la cual es parte. Si es un líder político, o nacional, la ciudad, o nación entera será afectada por el pecado de esa persona. Si es un empresario, su conducta traerá ruina a su empresa. El punto es que el pecado siempre produce destrucción.
Ahora bien, aunque Dios no tolera el pecado en el hombre, y no detiene sus consecuencias, aun en medio del pecado de las personas, Dios siempre está buscando al hombre para que se arrepienta y darle una nueva oportunidad. El deseo de Dios no es la destrucción del hombre, ni se goza cuando el hombre cosecha el fruto de su pecado. El amigo de Job declara, y si están aprisionados con cadenas, y son atrapados en las cuerdas de aflicción, entonces les muestra su obra y sus transgresiones, porque ellos se han engrandecido. El abre sus oídos para la instrucción, y ordena que se vuelvan del mal. (Job 36:8-10) Cuando la persona está cosechando el fruto de su pecado, y ve las “cadenas” o problemas que han venido a su vida por su pecado, Dios interviene en ese momento para que el hombre recapacite de su error. Muchas personas solamente cuando están en una situación crítica, es que pueden abrir su corazón para reconocer sus errores y apartarse de sus malos caminos. Por este motivo, si has pedido que Dios te dé la solución a algún problema que estas pasando y no ves la respuesta, quizás es momento de pedirle a Dios que te muestre cuál es tu parte en esta situación, que es lo que debes de dejar, o de cambiar para que te apartes del mal, y puedas salir de esa situación. El abrir nuestro corazón a la corrección, produce la bendición de Dios, Si escuchan y le sirven, acabarán sus días en prosperidad y sus años en delicias. (Job 36:11) Dios usa muchos medios para hacer volver al pecador de su mal camino.
Como hemos visto en el libro de Job, si la persona se mantiene obstinada, en algún momento “cruzara” una línea de la cual ya no habrá más oportunidad para el arrepentimiento. El libro de Job declara, Pero si no escuchan, perecerán a espada, y morirán sin conocimiento. (Job 36:12). Una de las actitudes más importantes en nuestra vida, es tener siempre un corazón abierto a la corrección y admitir nuestros errores. Esta actitud nace de nuestra comunión diaria con Jesús, en nuestro tiempo devociónal. La realidad es que a la mayoría de las personas les cuesta aceptar su necesidad, es difícil ver los errores propios, y se necesita tener un corazón abierto a la corrección.
En este día es muy importante que pidamos a Dios que forme en nosotros un corazón contrito y humillado. Tomemos este día tiempo para pedirle al Señor que nos muestre la condición de nuestro corazón, y que cosas debemos de rendir, para que disfrutemos de su bendición.                            
Oración:                                                                                                                             

  • Examinar nuestras vidas y ver si estamos pasando por alguna situación difícil como consecuencia de nuestros errores, y pedir a Dios discernimiento para entender la mano de Dios en esta situación.
  • Pedir al Espíritu Santo un corazón contrito y humilde abierto a su corrección.
  • Una mayor determinación para vivir en santidad, y obediencia a su palabra.

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