lunes, 8 de diciembre de 2008

Dia 21, La Prueba de la Fe


Lectura del día: Génesis 22:1-24:67
Verso Central Génesis 22:5

Entonces Abraham dijo a sus mozos: Quedaos aquí con el asno; yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros.

En la medida que crezcamos en nuestra fe, creceremos en obediencia y el resultado de una mayor obediencia es que Dios nos confiara una bendición más grande. Entre más le obedeces mas te confía su bendición. Esa es la lección más importante que aprendemos de la vida de Abraham. Dios llamo a Abraham aun cuando no le conocía, la Biblia describe a Abraham como una persona que adoraba otros dioses. Josué se dirigió a todo el pueblo, y le exhortó:—Así dice el Señor, Dios de Israel: “Hace mucho tiempo, vuestros antepasados, Téraj y sus hijos Abraham y Najor, vivían al otro lado del río Éufrates, y adoraban a otros dioses. (Josué 24:2 BAD) El llamado de Abraham y su respuesta de salir de su tierra fue su primer muestra de fe y obediencia. Ahora en este pasaje, después de 30 años de seguir a Dios en base a su promesa, Abraham se enfrenta a la prueba más grande de su vida. Dios le pide a Abrahán que le entregué en sacrificio a su único hijo. Esta fue la petición de Dios a Abraham, Pasado cierto tiempo, Dios puso a prueba a Abraham y le dijo: — ¡Abraham!—Aquí estoy —respondió. Y Dios le ordenó: —Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré. (Génesis 22:1-2 BAD) Dios estaba claramente probando la fe de Abraham, porque es a través de las pruebas que nuestra fe crece. Esta petición no tenía sentido de acuerdo a la lógica humana. En primer lugar porque se trataba de su hijo, ¿Qué padre estaría dispuesto a cortar el cuello a su mismo hijo? En segundo lugar, su hijo Isaac era su único hijo. En tercer lugar, ¿Cómo se cumplirían las promesas de Dios de tener una descendencia tan grande como las estrellas del cielo? Esta no fue una prueba sencilla, sino que estaba probando a Abraham en lo que el más amaba. Estaba siendo probado en aquello a los cual había dedicado toda su vida. Todo esto nos ayuda a ver claramente como para este tiempo, la fe de Abraham se había madurado de tal forma que no titubeo en ningún momento de obedecer la orden de Dios. En ningún momento Abraham permitió que sus emociones, o las palabras de su hijo fueran un obstáculo para hacer la voluntad de Dios en su vida. Para este tiempo en la vida de Abraham existía la plena convicción de que Dios era fiel a sus promesas y que las circunstancias no determinaban el cumplimiento de las mismas. Si Dios dijo que haría algo, el estaba convencido de que Dios era fiel. Fue en este acto supremo de obediencia que Abraham tuvo la revelación más grande de su vida. Abraham pudo “visualizar” a Jesús muriendo en la cruz, y también el pudo “ver” la victoria de Jesús sobre la muerte. Jesús mismo testifica de esta experiencia que Abraham tuvo, Vuestro padre Abraham se regocijó esperando ver mi día; y lo vio y se alegró. (Juan 8:56) Cuando Abraham estaba ofreciendo a su hijo en sacrificio, el pudo ver el plan eterno de Dios para la humanidad. Ahí el pudo comprender que a través de “uno de sus hijos”, el seria de bendición a todas las naciones de la tierra. Fue una experiencia como ninguna que había tenido hasta ese momento en su vida. Su fe ahora se había perfeccionado al máximo. Ahora Abraham se había convertido en el padre de la fe. La lección más importante que podemos aprender es que la fe no es fe si no está acompañada de obediencia. En nuestra nuestras vidas debemos esperar el mismo trato de Dios para con Abraham. Nuestras vidas y experiencias son diferentes a las del patriarca Abraham, pero los mismos principios de obediencia, madures en la fe, debemos de pasar, para que Dios nos ayude a cumplir su propósito. Dios le dio a Abraham una visión que al principio no fue muy clara, pero esa visión tomo posesión de la vida de Abraham hasta el punto que esa visión transformo la vida de Abraham. Si te apasionas por la visión de Dios para tu vida, esta te trasformara. Seguir a Jesús como su discípulo solamente se camina por fe y este camino está marcado por etapas en las cuales avanzamos al obedecer a Dios en cada una de las cosas que no va pidiendo. En la medida que tu fe se desarrolle, Dios te confiara cosas más grandes. Recuerda la fe sin obediencia no es fe, y la fe que ha sido perfeccionada es aquella que está marcada por la obediencia absoluta a su voluntad. El fin de nuestra fe es que podamos cumplir el propósito de Dios en la vida.
Oración:
• Pedir a Dios que nos ayude a nos perseverar en medio de cualquier circunstancia.
• Siempre estar dispuesto a obedecer su voluntad.
• Sabiduría para discernir la voluntad de Dios en medio de cualquier situación.

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