jueves, 30 de abril de 2009

Día No 40 Pactando con el Señor


Lectura del día: Ex. 22:1 a 24:18
Verso Central Éxodo 24:7

Luego tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, y ellos dijeron: Todo lo que el SEÑOR ha dicho haremos y obedeceremos.

Pactar con Dios es asunto de mucha seriedad, porque nos estamos comprometiendo con Dios. Un pacto entre Dios y nosotros, incluye las cosas que él nos ha prometido darnos, pero también demanda de nosotros ciertas responsabilidades. Como este contrato es entre un Dios que es santo y una persona que es pecadora, los pactos con Dios demandaban que se efectuara un sacrificio, de esta forma la persona podía entrar en pacto con Dios. Al ser el pacto confirmado por el sacrificio, ese pacto era irrevocable. Mientras Dios cumpla con su parte, el hombre no puede faltar a su parte. El pacto entre Dios y el hombre consistían de los siguientes puntos; Dios declara su intención de bendecidnos, y quiere hacer un pacto con nosotros, En segundo lugar, nos declara cuales bendiciones recibiremos. En tercer lugar, declara las condiciones que debemos de llenar para que esas bendiciones se cumplan. Por último, este es sellado de mutuo y libre acuerdo con un sacrificio.  En el capítulo 24 tenemos la narración del pacto que Dios hizo con el pueblo de Dios. Entonces Dios dijo a Moisés: Sube hacia el SEÑOR, tú y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel, y adoraréis desde lejos. Sin embargo, Moisés se acercará solo al SEÑOR, y ellos no se acercarán, ni el pueblo subirá con él. Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras del SEÑOR y todas las ordenanzas; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que el SEÑOR ha dicho. (Ex. 24:1-3) En primero lugar Dios llamo a su pueblo, y les declara su intención de pactar con ellos, y después Moisés les declara los requisitos que Dios pedía de ellos, el pueblo acepta las condiciones y se disponen a entrar en pacto. El siguiente paso demando que se hiciera un sacrificio, Y Moisés escribió todas las palabras del SEÑOR. Levantándose muy de mañana, edificó un altar al pie del monte, con doce columnas por las doce tribus de Israel. Y envió jóvenes de los hijos de Israel, que ofrecieron holocaustos y sacrificaron novillos como ofrendas de paz al SEÑOR. Moisés tomó la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad de la sangre la roció sobre el altar. (Ex. 24:4-6) Moisés tomo la mitad de la sangre y la roció sobre el altar, indicando que Dios cumpliría sus promesas, enseguida tomo la otra mitad y después de leer la ley, roció al pueblo con la sangre, Luego tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, y ellos dijeron: Todo lo que el SEÑOR ha dicho haremos y obedeceremos. Entonces Moisés tomó la sangre y la roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que el SEÑOR ha hecho con vosotros, según todas estas palabras. (Exo 24:7-8) Ahora tanto el Señor como el pueblo quedaban unidos por la sangre del sacrificio, quedando comprometidos mutuamente a cumplir cada uno con la parte que le correspondía del pacto
La Biblia declara que nosotros somos parte de un mejor y nuevo pacto, Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida, ahora que él ha muerto para liberarlos de los pecados cometidos bajo el primer pacto. (Heb. 9:15 NVI) también declara, "Éste es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en su corazón, y las escribiré en su mente. “Después añade: "Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades." (Heb. 10:16-17 NVI) En el caso del nuevo pacto, el sacrificio es la muerte de Jesús y su sangre que nos limpia de todo pecado. De nuestra parte requiere nuestra consagración personal a Dios, no para llenar los requisitos del pacto, pero como fruto de agradecimiento y por la nueva vida recibida. (Rom.12:1) Hay personas que para todas las cosas “hacen pactos” o promesas a Dios, y luego al día siguiente se olvidan lo que prometieron. A veces se hace por ignorar la seriedad de lo que significa un pacto, y otras por la inconsistencia de la persona. Si tú has hecho pactos, votos, o promesas al Señor, piensa seriamente si estas cumpliendo con el Señor cada cosa que has pactado con el Señor. Cuida de ser fiel a tus palabras, porque de lo contrario el Señor te demandara cada una de las promesas que le has hecho. También, como en el caso del pueblo de Dios, cada vez que ellos fallaron a su parte del pacto, Dios permitió que la maldición viniera a sus vidas por su desobediencia. El cumplimiento de nuestra parte del pacto produce bendición, nuestro fallo le abre la puerta a la maldición.
Oración:                                                                                                                             
  •  ¿Qué pactos, promesas o votos necesitas simplemente hiciste a la ligera?
  • ¿Qué pactos, votos, o promesas has entrado con Dios y no estás cumpliendo?

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martes, 21 de abril de 2009

Día No 39 Los Mandamientos de Dios


Lectura del día: Ex. 19:1 a 21:36
Verso Central Éxodo 19:6

Y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa." Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

El deseo de Dios era formar a Israel como una nación que fuese santa. Una nación que se distinga del resto de las naciones por vivir bajo sus mandamientos. "Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa." Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. (Ex. 19:5-6) Jesús comunica este mismo sentir a sus discípulos cuando les declara que hemos sido llamados a ser la sal y la luz de la tierra. Todo discípulo de Jesús necesita entender que seguir a Jesús implica vivir una vida en santidad, apartado de las cosas que “ofenden” la santidad de nuestro Dios. El medio que Dios le dio al pueblo para que vivieran en santidad fue la ley del Monte Sinaí, o lo que conocemos como los diez mandamientos. Estos mandamientos de Dios son las “señales” del camino, que al seguirlas nos mantienen en el camino correcto, y que nos permiten llegar a nuestro destino. En el momento en que decidimos desobedecer esas “señales” saldremos del camino seguro que Dios nos está marcando, y nos expondremos a los peligros que esas señales nos quieren evitar. Al comenzar los retiros de restauración en nuestra congregación, los realizábamos en las montanas de Lake Arrow Head, (en las montañas de San Bernandino, California) para llegar ahí debíamos de seguir cuidadosamente las señales del camino, algunas de ellas decían, “despacio curva peligrosa”, otras decían, “despacio, camino estrecho”, otras decían, “cuidado, abismo a su derecha”, también otros nos indicaban que si queríamos llegar a la ciudad donde nos dirigíamos deberíamos de tomar otra carretera, o desviación. Estas señales no las puso el gobierno porque es malo, o porque no quiere que hagamos lo que queremos, o porque nos quiere evitar la diversión de manejar a una velocidad mayor. La única razón que las pusieron es para evitar que terminemos muertos en un precipicio, o que no nos extraviemos de nuestro destino.  Supongamos que, en una curva peligrosa, la señal del camino dice, “disminuya su velocidad, curva peligrosa” yo decido que no quiero hacer lo que se me pide, realmente tengo la libertad de escoger, pero lo más seguro es que si en vez de obedecer, aumento la velocidad, no estuviera escribiendo en este día estas palabras. Así Dios nos ha dejado sus mandamientos, para que a través de ellos seamos personas que vivimos en santidad, y además son las señales que Dios nos ha dejado para que se cumpla su propósito en nuestras vidas
Cada uno de nosotros tenemos la libertad de escoger, vivir a nuestra manera, o seguir las instrucciones de su palabra, pero los resultados serán diferentes dependiendo de la decisión que tome. Si desobedecemos, el fruto será la muerte, o a lo menos dañaremos nuestra vida, y su propósito en nuestras vidas. Por otro lado, si con temor, decidimos obedecer sus mandamientos, el fruto será vida abundante, y la seguridad de que cumpliremos su propósito en nuestras vidas. El plan de Dios es formar en nosotros el temor a ofender su santidad. Y todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba; y cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia. Entonces dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros y escucharemos; pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos. Y respondió Moisés al pueblo: No temáis, porque Dios ha venido para poneros a prueba, y para que su temor permanezca en vosotros, y para que no pequéis. (Exo 20:18-20) 
Su voluntad es sus discípulos seamos su pueblo santo, su nación escogida para su gloria. Esto comienza cuando nace en nosotros un temor santo que nos lleva a apartarnos de todo aquello que ofende su santidad, esta es una convicción personal, no un requerimiento impuesto. Además, el temor a Jehová es el principio de una vida con sabiduría. En este día medita sobre tu vida, y la obediencia a los mandamientos de su palabra. ¿Sigues a Dios porque has recibido algún favor de Dios? ¿Hay en tu vida un entendimiento claro de lo que significa la santidad de Dios? ¿Anhelas vivir en santidad para no ofender a Dios? ¿Cómo vez lo mandamientos de Dios como cadenas que te atan, o como protecciones para el bien?
Oración:                                                                                                                             

  • Consagración como parte de esta nación santa que se ha consagrado para los propósitos de Dios.
  • Pedir por aquellas áreas de tu vida que todavía necesitas rendir a Dios.
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domingo, 19 de abril de 2009

Día No 38 Transformados para Transformar


Lectura del día: Éxodo 16:1 a 18:27
Verso Central Éxodo 16: 4

Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Voy a hacer que os llueva pan del cielo. El pueblo deberá salir todos los días a recoger su ración diaria. Voy a ponerlo a prueba, para ver si cumple o no mis instrucciones. (BAD)


Dios nos ha llamado a cumplir su misión aquí en la tierra, y nos quiere bendecir para que podamos cumplirla. ¿Cómo lo hace? Esa misión primero nos transforma a nosotros, para que estemos listos para cumplir su misión. Antes de que Dios nos use, primero es nos transforma para poder ser instrumentos de transformación. Cuando Dios prometía una bendición, también esperaba que su pueblo cumpliera con ciertos mandamientos que el incluía como condición para que su promesa se cumpliera. De la misma forma Dios trata con cada uno de nosotros. 
El desea darnos los mejor de sus bendiciones, pero están condicionadas a nuestra obediencia a las cosas que nos pide, para que se cumplan en nuestra vida sus promesas. Esas cosas que nos pide, tienen el propósito de formar en nosotros la transformación y madures que es indispensable para que podamos cumplir sus propósitos. Dicho de otra forma, Dios no solamente está interesado en bendecidnos para que estemos “contentos” acumulando bendiciones, más que ninguna otra cosa él está interesado en que cada persona realice todo el potencial que el mismo le entrego a cada persona cuando la creo, y que cumpla su voluntad. El no solamente está interesado en darnos, pero está más interesado en formarnos. Desde el punto de vista de Dios es más importante lo que somos, que lo que tenemos. En las historias de este día podemos ver claramente estos principios. Notemos que Dios les bendeciría, pero al mismo tiempo los ponía a prueba, para que se revelara su carácter (obediencia) Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Voy a hacer que os llueva pan del cielo. El pueblo deberá salir todos los días a recoger su ración diaria. Voy a ponerlo a prueba, para ver si cumple o no mis instrucciones. (Ex. 16:4 BAD) 
Desde el principio en su caminar a la tierra prometida del pueblo de Dios, cada una de las pruebas revelaban las áreas del carácter del pueblo que necesitaban ser formadas, tanto las pruebas y la solución que Dios daba a las mismas estaban produciendo poco a poco esa transformación y madures en su pueblo. Debemos de recordar que esta era una nación que estaba acostumbrada a la esclavitud, era una nación que estuvo bajo el control absoluto de Faraón, ellos no estaban acostumbrados a tener control de su destino. Ahora Dios los estaba llevando a ser una nación dependiente de los egipcios, a ser una nación de visión y promesa. Ahora Dios les estaba dando la oportunidad de que los sueños de los patriarcas se cumplieran en ellos, el ser una nación que sería de bendición a las naciones de la tierra. Para esto, ellos tenían que dejar su mentalidad de “esclavos” a ser una nación conquistadora, de ser una nación oprimida a una que sería una inspiración a través de los siglos a las naciones para buscar su libertad. Cada una de las pruebas que pasaron, avanzaron la madures en el carácter de la nación, y sobre todo en la generación más joven, el carácter necesario para ser el pueblo que Dios le prometió a Abrahán; ser de bendición a todas las naciones de la tierra. 
Lo único que detendría al pueblo de cumplir el propósito de Dios, sería su falta de obediencia a los mandamientos explícitos de Dios, y como veremos más tarde ni aun Moisés pudo cumplir fielmente estos mandamientos. Antes de que Dios haga algo a través de nosotros, primero él hace algo en nosotros para que entonces él pueda hacer algo a través de nosotros. En estos momentos en tu vida, ¿Qué cosas están ocurriendo a través de las cuales Dios está probando tu obediencia, tu fe o tu carácter? ¿Qué áreas específicas de tu carácter todavía necesitan ser formados para que el propósito de Dios en tu vida se cumpla? También es importante que en este día al examinar tu vida des gracias por lo que has avanzado hasta este punto en tu vida. Al leer esta mañana, medita en ello, y permítele al Espíritu Santo que te muestre que es el siguiente paso que debes de tomar en tu vida, en tu caminar a cumplir su propósito.
Oración:                                                                                                                             

  • Pide su gracia para obedecer su voluntad en toda situación.
  • Discernimiento para entender su propósito en cualquier situación que estemos viviendo.
  • Que puedas comprender que ares de tu ida necesitan ser renovadas.
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lunes, 6 de abril de 2009

Día No 37 Dios está a Favor del que Cumple su Propósito


Lectura del día: Ex.13:1 a 15:27
Verso Central Éxodo 5:18-19

El SEÑOR reinará para siempre jamás. Porque los caballos de Faraón con sus carros y sus jinetes entraron en el mar, y el SEÑOR hizo volver sobre ellos las aguas del mar; pero los hijos de Israel anduvieron por en medio del mar sobre tierra seca.

Cuando estamos enfocados en cumplir el propósito de Dios en nuestras vidas su poder y protección nos guardaran en medio de cualquier circunstancia. Cuando el pueblo salió de Egipto, el plan de Dios no era simplemente sacarlos por un corto tiempo, o a un lugar especial para que le adoraran y luego regresarían a su misma condición; el propósito de Dios era claramente dar libertad permanente a su pueblo y además llevarlos a poseer la tierra que les había dado en promesa a sus padres, Abrahán Isaac, y Jacob. Desde el momento que Dios llamo a Moisés en la zarza ardiente, le prometió que sacaría a los hijos de Israel de su esclavitud y que Moisés seria grandemente usado para que este plan se cumpliera. Como hemos leído en la historia de Éxodo, el pueblo enfrento varios obstáculos; Desde la dureza del corazón de Faraón, aun a pesar de las plagas, hasta la persecución después de haber salido de Egipto. Además, al adentrarse en el desierto el pueblo camino varios días sin encontrar agua. 
Hay dos lecciones que podemos aprender de todo esto: En primer lugar, cuando estamos trabajando para que se cumpla su propósito en nuestras vidas, el enemigo se opondrá y hará todo lo que pueda para detenernos de hacer su voluntad. Faraón no quería que los israelitas fueran libres para adorar a Dios, y mucho menos que se convirtieran en una nación libre y soberana. Satanás había escuchado las promesas de Dios a los patriarcas, y él no estaba dispuesto a dejar que se cumplieran. En nuestras vidas sucede exactamente lo mismo, cuando nos determinamos que su propósito se cumpla, Satanás hará exactamente lo mismo que Faraón hizo y con dureza de corazón se opondrá a todo lo que hagamos, y provocara que todo tipo de circunstancias en nuestras vidas para detener el propósito de Dios. 
La segunda cosa que vemos, es que Dios está de nuestro lado, y todos los planes del enemigo serán frustrados, si estamos determinados a hacer su voluntad. Toda la oposición de faraón fue inútil y el poder de Dios termino por doblegar su férrea oposición a los planes de Dios para su pueblo. Aun cuando Faraón lo persiguió al darse cuenta que ya no regresarían y que ahora eran libres, envió su ejército, en contra del pueblo, que parecía indefenso, porque Faraón estaba determinando a enseñarle una lección a los judíos, pero nuevamente Dios ya sabía lo que tendría que hacer y como vemos al fin de la lectura de este día, el pueblo de Dios termino celebrando la gran victoria que Dios les había dado sobre Faraón y su ejército. De la misma forma Dios peleara por nosotros, cuando el enemigo se levante en nuestra contra, en nuestro camino a cumplir su voluntad. Por último, al final de la lectura de este día, pudimos ver como después cuando ya se encontraban al otro lado del mar, se encontraron en un desierto inhóspito, en el cual no había agua para beber y la que encontraron esta era amarga. En esta circunstancia también vemos como Dios tiene cuidado de ellos y les provee una planta que sana las aguas para que tengan que beber. En nuestro caminar a cumplir el propósito de Dios puede ser que pasemos por días donde nuestra fe es puesta a prueba, pero debemos confiar que, así como Dios permitió la prueba, también nos dará la salida, para que al final no nos falte nada y podamos cumplir su propósito. Si nosotros hacemos nuestra parte en obedecer, Dios hará su parte y esto nos garantiza la victoria para cumplir su voluntad.
Oración:                                                                                                                             

  • Pide a Dios la determinación para cumplir el propósito de Dios en tu vida.
  • Discernimiento para ver su mano obrando aun en medio de la oposición.
  • Dar gracias a Dios en todo momento y no permitir al espíritu de temor que domine nuestra mente.
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