martes, 21 de abril de 2009

Día No 39 Los Mandamientos de Dios


Lectura del día: Ex. 19:1 a 21:36
Verso Central Éxodo 19:6

Y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa." Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

El deseo de Dios era formar a Israel como una nación que fuese santa. Una nación que se distinga del resto de las naciones por vivir bajo sus mandamientos. "Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa." Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. (Ex. 19:5-6) Jesús comunica este mismo sentir a sus discípulos cuando les declara que hemos sido llamados a ser la sal y la luz de la tierra. Todo discípulo de Jesús necesita entender que seguir a Jesús implica vivir una vida en santidad, apartado de las cosas que “ofenden” la santidad de nuestro Dios. El medio que Dios le dio al pueblo para que vivieran en santidad fue la ley del Monte Sinaí, o lo que conocemos como los diez mandamientos. Estos mandamientos de Dios son las “señales” del camino, que al seguirlas nos mantienen en el camino correcto, y que nos permiten llegar a nuestro destino. En el momento en que decidimos desobedecer esas “señales” saldremos del camino seguro que Dios nos está marcando, y nos expondremos a los peligros que esas señales nos quieren evitar. Al comenzar los retiros de restauración en nuestra congregación, los realizábamos en las montanas de Lake Arrow Head, (en las montañas de San Bernandino, California) para llegar ahí debíamos de seguir cuidadosamente las señales del camino, algunas de ellas decían, “despacio curva peligrosa”, otras decían, “despacio, camino estrecho”, otras decían, “cuidado, abismo a su derecha”, también otros nos indicaban que si queríamos llegar a la ciudad donde nos dirigíamos deberíamos de tomar otra carretera, o desviación. Estas señales no las puso el gobierno porque es malo, o porque no quiere que hagamos lo que queremos, o porque nos quiere evitar la diversión de manejar a una velocidad mayor. La única razón que las pusieron es para evitar que terminemos muertos en un precipicio, o que no nos extraviemos de nuestro destino.  Supongamos que, en una curva peligrosa, la señal del camino dice, “disminuya su velocidad, curva peligrosa” yo decido que no quiero hacer lo que se me pide, realmente tengo la libertad de escoger, pero lo más seguro es que si en vez de obedecer, aumento la velocidad, no estuviera escribiendo en este día estas palabras. Así Dios nos ha dejado sus mandamientos, para que a través de ellos seamos personas que vivimos en santidad, y además son las señales que Dios nos ha dejado para que se cumpla su propósito en nuestras vidas
Cada uno de nosotros tenemos la libertad de escoger, vivir a nuestra manera, o seguir las instrucciones de su palabra, pero los resultados serán diferentes dependiendo de la decisión que tome. Si desobedecemos, el fruto será la muerte, o a lo menos dañaremos nuestra vida, y su propósito en nuestras vidas. Por otro lado, si con temor, decidimos obedecer sus mandamientos, el fruto será vida abundante, y la seguridad de que cumpliremos su propósito en nuestras vidas. El plan de Dios es formar en nosotros el temor a ofender su santidad. Y todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba; y cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia. Entonces dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros y escucharemos; pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos. Y respondió Moisés al pueblo: No temáis, porque Dios ha venido para poneros a prueba, y para que su temor permanezca en vosotros, y para que no pequéis. (Exo 20:18-20) 
Su voluntad es sus discípulos seamos su pueblo santo, su nación escogida para su gloria. Esto comienza cuando nace en nosotros un temor santo que nos lleva a apartarnos de todo aquello que ofende su santidad, esta es una convicción personal, no un requerimiento impuesto. Además, el temor a Jehová es el principio de una vida con sabiduría. En este día medita sobre tu vida, y la obediencia a los mandamientos de su palabra. ¿Sigues a Dios porque has recibido algún favor de Dios? ¿Hay en tu vida un entendimiento claro de lo que significa la santidad de Dios? ¿Anhelas vivir en santidad para no ofender a Dios? ¿Cómo vez lo mandamientos de Dios como cadenas que te atan, o como protecciones para el bien?
Oración:                                                                                                                             

  • Consagración como parte de esta nación santa que se ha consagrado para los propósitos de Dios.
  • Pedir por aquellas áreas de tu vida que todavía necesitas rendir a Dios.
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