martes, 27 de octubre de 2009

Día No 62 Poniendo la Mirada en La Visión de Dios.

Lectura del día:        Num. 11:1 - 13:33
Verso Central   Números 11:23

Y el SEÑOR dijo a Moisés: ¿Está limitado el poder del SEÑOR? Ahora verás si mi palabra se te cumple o no.



No dejemos que nada nos distraiga de la visión que Dios ha sembrado en nuestros corazones. En el proceso de seguir la visión que Dios ha puesto en nuestros corazones, nunca basemos nuestras decisiones en las cosas que pasan día a día, sino que en todo tiempo debemos enfocarnos en su visión y no dejar que las tentaciones, problemas, o dificultades del momento nos roben esa visión que el Espíritu Santo a sembrado en nuestros corazones. Siempre en el proceso de seguir a Dios, vendrán muchas cosas que querrán desviarnos del propósito original, algunas a nuestro juicio se verán buenas, correctas, y aparentemente son parte de su bendición, pero siempre necesitamos estar vigilando que nada nos desvié del propósito único y especial que Dios ha planeado para nuestras vidas. 
El pueblo salió de Egipto con la visión de ir a la tierra prometida por Dios, y en ella establecerse como la nación que sería una luz a las naciones de la tierra. Dios les había prometido darles una tierra que fluyera leche y miel, en la cual ellos tendrían abundancia, y serian el pueblo en el que de una manera especial Dios moraría, y que, a través de ellos, Dios bendeciría a todas las naciones de la tierra. ¿Cuál es la visión que el Espíritu Santo ha sembrado en tu corazón? Yo creo con todo mi corazón, que no existe un discípulo de Jesús en el cual, el Espíritu no ha sembrado un sueño, o una visión. La unión del ser humano con el Espíritu de Dios da a luz, sueños o visiones, Sucederá que, en los últimos días, dice Dios, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.  Profetizarán sus hijos y sus hijas, los jóvenes tendrán visiones y los ancianos tendrán sueños. (Hechos 2:17 NVI) 
¿Porque Dios pone una visión en el corazón del hombre? Hay varias razones, pero dos de las más importantes, de acuerdo a la lectura de este día son las siguientes. 
En primer lugar, Dios siempre ha hecho al hombre parte de su obra aquí en la tierra, Dios nos creo para que reflejáramos su imagen, y uno de los aspectos más importantes es el de la realizar en unión con Dios su obra. Es un honor que seamos llamados colaboradores de Dios, Pablo declara, Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio nuestro; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. (2 Co. 5:20 SRV) 
En segundo lugar, Dios nos da una visión, porque a través de ella, y en el proceso de realizarla, es que somos transformados a su imagen. Este es el propósito más importante al darnos una visión, porque Dios no nos necesita para hacer lo que él quiere hacer, pero nos invita a ser sus colaboradores porque cuando un hombre o una mujer se apasiona de su visión, al final se cumple la obra que Dios le encomendó a esa persona, pero también se cumple el verdadero propósito de Dios; transformar a ese hombre o a esa mujer a la imagen de su hijo. 
Cuando vemos a Moisés en la lectura de este día enfrentar las circunstancias, problemas, murmuraciones, e incomprensiones de aquellos que estaba dirigiendo, uno se puede identificar en las cosas que vivimos día a día mientras cumplimos la visión que Dios ha puesto en nuestros corazones. El problema de Moisés y de muchos de nosotros es que reaccionamos dependiendo de las circunstancias del momento, veamos cómo reacciona Moisés, … Si yo soy tu siervo, ¿por qué me perjudicas?  ¿Por qué me niegas tu favor y me obligas a cargar con todo este pueblo? ¿Acaso yo lo concebí, o lo di a luz, para que me exijas que lo lleve en mi regazo, como si fuera su nodriza, y lo lleve hasta la tierra que les prometiste a sus antepasados? Todo este pueblo viene llorando a pedirme carne.  ¿De dónde voy a sacarla? Yo solo no puedo con todo este pueblo.  ¡Es una carga demasiado pesada para mí! Si éste es el trato que vas a darme, ¡me harás un favor si me quitas la vida!  ¡Así me veré libre de mi desgracia! (Num. 11:11-15 NVI) 
Moisés manifiesta muchas de las cosas negativas que nos suceden a nosotros mientras seguimos su visión. Estas son las cosas o actitudes que tenemos que entregar a Dios en oración si esta es nuestra situación en este momento: (1) Sentimos que estamos solos. (2) Su visión se convierte en una “carga”. (3) No tiene respuesta ante los problemas, y (4) siente que es imposible cumplir lo que Dios le está pidiendo. En vez de reaccionar como Moisés en los momentos de dificultad debemos de seguir el ejemplo de Jesús, que Jamás quito la vista del llamamiento de Dios en su vida. (Heb.12:2). ¡Siempre recordemos que Dios es fiel y cumplirá su propósito en tu vida, si no dejamos que nada nos desvíe hasta alcanzarla! ¡Adelante con los ojos puestos en el supremo llamamiento!

Oración:                                                                                                  
- Pedir paciencia, discernimiento, y pasión para cumplir su propósito en tu vida.
 Claridad en la visión que Dios ha puesto en nuestras vidas.

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lunes, 12 de octubre de 2009

Siguiendo la Dirección del Espíritu Día No 61

Lectura del día: Num. 8:1 - 10:36
Verso Central Números 9:17

Cada vez que la nube se levantaba de la Tienda, los israelitas se ponían en marcha; y donde la nube se detenía, allí acampaban. (BAD)


El secreto de vivir una vida victoriosa no está en cuantas habilidades, o conocimiento tenemos, sino en seguir la dirección del Espíritu de Dios en todo. El Espíritu Santo es quien debe guiarnos en todas las decisiones o cosas que tengamos que tomar o hacer, si es que deseamos vivir una vida victoriosa. Después de la celebración de la pascua y de haber edificado el tabernáculo, así como de haber recibido la mayoría de los mandamientos de la ley, ahora el pueblo estaba listo para partir del monte Sinaí, a la tierra prometida. Ya habían sido libertados de la esclavitud, y había recibido los mandamientos que los constituían como el pueblo de Dios, ahora estaban listos para cumplir la visión original que los había llevado a salir de Egipto; la libertad servir a Dios, y el poseer una tierra que fuera de ellos. Había llegado el tiempo de conquistar la tierra prometida. Al salir de Sinaí (que para nosotros puede representar el principio de algo nuevo; ministerio, familia, llamado, negocio, educación, etc.) en camino a la tierra prometida (que representa el cumplimiento del propósito de Dios en el ministerio, llamado, familia, etc.) ellos dependerían de la dirección constante de Dios, representada por la nube que había descendido al tabernáculo, El día en que se armó el santuario, es decir, la Tienda del pacto, la nube lo cubrió, y durante toda la noche cobró apariencia de fuego. Así sucedía siempre: de día la nube cubría el santuario, mientras que de noche cobraba apariencia de fuego. (Num. 9:15-16 BAD) 
Esta nube dirigiría al pueblo cuando deberían de avanzar y cuando deberían de acampar, también la nube determinaba el tiempo de su estancia, Cada vez que la nube se levantaba de la Tienda, los israelitas se ponían en marcha; y donde la nube se detenía, allí acampaban. Dependiendo de lo que el Señor les indicara, los israelitas se ponían en marcha o acampaban; y todo el tiempo que la nube reposaba sobre el santuario, se quedaban allí. (Num. 9:17-18 BAD) La clave era estar al pendiente de la nube, porque en ocasiones los movía rápidamente, y en otros tiempos los hacía que permanecieran en un lugar por largo tiempo. No importaba que se quedara muchos días sobre el santuario; los israelitas obedecían el mandamiento del Señor y no abandonaban el lugar. Lo mismo ocurría cuando la nube reposaba poco tiempo sobre el santuario: cuando el Señor así lo indicaba, los israelitas acampaban o se ponían en marcha. (Num. 9:19-20 BAD) 
La nube no siempre se movía al mismo tiempo, en ocasiones lo hacía de día y en otras de noche, así que deberían de estar constantemente vigilando el movimiento de la nube, para ponerse en marcha siguiendo su constante dirección. A veces la nube se quedaba una sola noche; pero ya fuera de día o de noche, cuando la nube se levantaba, los israelitas se ponían en marcha. Aunque la nube reposara sobre el santuario un par de días, un mes o más tiempo, los israelitas se quedaban en el campamento y no partían; pero cuando se levantaba, se ponían en marcha. (Num. 9:21-22 BAD) 
La nube es un tipo del Espíritu Santo en nuestras vidas, y al igual que los judíos seguían la nube, nosotros debemos de seguir la dirección del Espíritu en nuestras vidas. El apóstol Pablo declaro, Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. (Rom. 8:14 BAD) Así como nosotros no tenemos control del viento, tampoco controlamos al Espíritu Santo, por esta razón debemos de ser vigilantes y estar velando, orando, meditando, y buscando su voluntad para que podamos seguir su constante dirección. Esto se hace principalmente en nuestro devocional diario, y en la meditación constante de la palabra a la luz de nuestras experiencias diarias. Conforme medites en la Biblia, permite que el Espíritu te guie a tomar decisiones influenciadas por los principios de la palabra. Las siguientes preguntas nos ayudan a determinar qué es lo que dirige nuestras vidas: 
  • ¿Lo que está ocurriendo es la voluntad de Dios, o mis deseos? 
  • ¿Cómo afectara mi relación con Dios lo que voy a hacer? 
  • ¿Son las circunstancias, o es la voluntad de Dios? 
  • ¿Esta decisión nació de mi meditación en la palabra y la dirección del Espíritu en todo aspecto de nuestra vida? 
  • ¿Busco el consejo de personas que demuestran madures espiritual? 
Una de las cosas más importante para escuchar la voz del Espíritu es precisamente la actividad que estás haciendo al tomar este tiempo de venir a la presencia de Dios, y escuchar su dirección. En este día, toma tiempo escuchando la voz de Dios, antes de tomar cualquier decisión, y no debes hacer nada importante hasta que estés seguro que tienes a dirección de Dios, solamente eso garantizara que tengas éxito en todo lo que emprendas.

Oración:                                                                                       Sometámonos de todo corazón a su dirección y pidamos que nos dé el discernimiento necesario para entender su “mover” o dirección para nuestras vidas.

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lunes, 5 de octubre de 2009

Día No 60 Honrando a Dios en Nuestra Ofrenda


Lectura del día: Num. 7:1-89
Verso Central Números 7:89

Cuando Moisés entró en la Tienda de reunión para hablar con el Señor, escuchó su voz de entre los dos querubines, desde la cubierta del propiciatorio que estaba sobre el arca del pacto. Así hablaba el Señor con Moisés. (NVI)

El acto de ofrendar es una parte integral de nuestra adoración a Dios. La ofrenda representa la devoción de nuestro ser a Dios; es la expresión natural de nuestro amor. El ofrendar es una parte integral de nuestra adoración y honra a Dios. De acuerdo a la lectura de este día cuando se consagro el tabernáculo y el altar de los sacrificios cada uno de los jefes de las tribus, en representación de su tribu trajeron ante el Señor una ofrenda, para cada uno de los sacrificios que Dios había instituido. En este capítulo vemos varios de los principios sobre dar, que encontramos en las Sagradas Escrituras. 
En primer lugar, dar para la obra de Dios es un privilegio para todo creyente. Ninguna de las tribus quedó exenta, todas fueron hechas parte del privilegio de dar, y todos dieron la misma cantidad. Igualmente, en nuestros tiempos cada uno de nosotros tenemos el privilegio de dar o presentar nuestras ofrendas delante de Dios, dar es un acto integral de la verdadera adoración, no podemos tener un culto de adoración en el cual el dar no sea una parte central. 
En segundo lugar, no solamente dieron alegremente sus diezmos, pero también participaban en dar para otros propósitos, en esta ocasión fue para la dedicación del altar de los sacrificios. También nosotros, cuando Dios guía al liderazgo de la Iglesia a edificar, o desarrollar estrategias evangelísticas, enviar dinero para misiones, o cualquier otro propósito, es nuestro privilegio dar para que los planes que Dios guíe a nuestra Iglesia se lleven a cabo. 
En tercer lugar, dieron alegremente y con una actitud de privilegio, vieron sus ofrendas como un privilegio de contribuir para la obra de Dios. Ellos designaron un día especial para que cada una de las tribus pudiera presentar su ofrenda delante de Dios. Cuando el altar fue consagrado, los jefes llevaron una ofrenda de dedicación y la presentaron ante el altar, porque el Señor le había dicho a Moisés:  "Para presentar su ofrenda de dedicación del altar, cada jefe tendrá su propio día." (Num 7:10-11 NVI) De igual manera para nosotros, el dar debe de ser considerado como un privilegio, porque es nuestra oportunidad de demostrar nuestro apoyo a la obra de Dios. Un creyente que es miembro de una congregación y no ofrenda, demuestra que su corazón no está en esa congregación en verdad. La ofrenda demuestra nuestro compromiso con la congregación a que asistimos. 
Por último, ellos dieron al Señor la mejor ofrenda posible que le pudieron ofrecer. Si examinamos las ofrendas que presentaron, estas incluían oro, plata, y varios animales que se usarían en los sacrificios, y todas tenían un gran costo. Esto representa el principio de dar a Dios siempre lo mejor que tenemos. Una ofrenda no es dar lo que nos sobra, o dar sin que esto signifique un verdadero sacrificio, la actitud correcta es dar aun cuando sea un sacrificio. Después de que todas estas ofrendas se presentaron a Dios, ¿Cuál fue el resultado de esta demostración de honra y obediencia a Dios? …Éstas fueron las ofrendas para la dedicación del altar después de haber sido consagrado. Cuando Moisés entró en la Tienda de reunión para hablar con el Señor, escuchó su voz de entre los dos querubines, desde la cubierta del propiciatorio que estaba sobre el arca del pacto. Así hablaba el Señor con Moisés. (Num. 7:88-89 NVI) Dios se agrado de su acto de dar, y reveló su voz a Moisés desde la cubierta del arca del testimonio que estaba en el lugar santísimo. Dios estaba declarando cuán agradable le era la actitud generosa de su pueblo y se manifestó desde ese lugar que había sido construido con las ofrendas que con un corazón agradecido habían presentado en honor a él. De igual manera Dios bendecirá nuestra congregación y todos los aspectos de nuestra vida, cuando ve en nosotros que tenemos esta misma actitud para dar. Una congregación generosa siempre tendrá palabra de Dios en sus reuniones. Ser generoso toca el corazón de Dios, y es parte de nuestra adoración; Dar está muy cerca del corazón de Dios, porque él es un Dios que da. El dio a su hijo único, para que nosotros pudiésemos recibir el perdón de nuestros pecados, y pudiéramos ser reconciliados con él. Por esta razón, para nosotros el acto de dar necesita ser parte de nuestro estilo de vida, sobre todo de nuestra adoración, porque de esta forma estamos expresando nuestro amor a Dios, la conexión entre amar y dar; son inseparables.
Oración:                                                                                                  
·       Pedir al Señor que nos dé una actitud correcta al dar nuestras ofrendas.
·       Examinar si damos ofrendas que tengan un verdadero sacrificio, solamente lo que nos sobra.
·       Proponerse en oración dar siempre al Señor siempre lo mejor de nosotros mismos.

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