jueves, 26 de marzo de 2009

La Dureza del Corazón Día No 35


Lectura del día: Ex.7:14 - 9:35
Verso Central Éxodo 7:22-23

Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho. Entonces se volvió Faraón y entró en su casa, sin hacer caso tampoco de esto.

La dureza de corazón es el principal obstáculo para que Dios obre en nuestra vida. Este es un mal que impide que la persona pueda ver su error, o su necesidad, y no le permite ver la gracia que Dios le ofrece a su vida. La persona que tiene el corazón endurecido es la más difícil de recibir algo de Dios, porque mientras su corazón no se “quebrante”, Dios no podrá hacer mucho en su vida. En mi propia experiencia como pastor, he visto que la peor condición que una persona puede tener es dureza de corazón. Ya que no importa que se le diga o enseñe, simplemente la persona no puede o no quiere aceptar lo que Dios le pide.  

Esta fue la condición de Faraón, Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho. (Ex. 7:13) Faraón no solamente lo hizo en una ocasión, pero cada vez que Dios le hablo, volvió a endurecer su corazón. Aun cuando parecía acceder a la petición de Moisés en el fondo no abría su corazón, sino que su dureza se volvía a manifestar y volvía a su antigua necedad.  Me recuerdo de una persona que por mucho tiempo trate de ayudarle a que se acercara a Dios. No se trataba de una persona que no tenía conocimiento de Dios, si no por el contrario era alguien que había conocido de Dios, pero que le había dado lugar en su vida al pecado, amando las cosas del mundo, y esto había provocado frialdad en su corazón, y poco a poco su corazón se endureció, hasta que llego a estar en la condición en la que no importaba que le dijera, simplemente no podía ver su necesidad. Su vida y su matrimonio estaban pasando por problemas, y simplemente no aceptaba que necesitaba de la ayuda de Dios, ni tampoco accedía a que le ayudáramos porque él no quería nada de Dios. Con esta persona que tenia duro el corazón intente de todo, le pedí a amigos que le hablaran, le regale libros, lo exhorte, le anime, y no importo que, o como lo hiciera, el no veía su necesidad. Esa era la situación del Faraón, Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho. Entonces se volvió Faraón y entró en su casa, sin hacer caso tampoco de esto. (Ex. 7:22-23) 

Esta es una situación terrible porque mientras este en esta condición, esta persona le ha cerrado la puerta a la gracia restauradora de Dios. No hay nada, ni nadie que lo pueda ayudar, ni aun Dios mismo, no porque Dios no pueda, pero Dios simplemente no forzara la voluntad de alguien que no ve su necesidad. A pesar de que han pasado años en que la persona mencionada anteriormente, su situación, ni su actitud han cambiado. Muchas veces la única forma en que las personas como esta, pueden ser libres de su condición es a través de problemas, enfermedades, fracasos, solo así su corazón se quebrantara y podrán ver su necesidad. Lamentablemente ni aun así algunas no pueden todavía su necesidad, sino que algunas se endurecen aún más y terminan culpando a Dios de sus problemas. Faraón es el ejemplo clásico de la persona que, a pesar del trato continuo de Dios en su vida, su familia, y toda la nación de Egipto, no abrió su corazón para aceptar el trato de Dios, sino que en cuanto se sentía un poco mejor, volvía a endurecer su corazón, esto lo llevo a perder sus posesiones, su salud y aun hasta la vida de su mismo hijo. Solamente hasta que llego a ese nivel, abrió su corazón “temporalmente” pero de nuevo lo vemos cerrando su corazón, al perseguir a los hijos de Israel. Su dureza lo llevo al fin a la destrucción de todo su ejército, y de su vida misma. 

Una de las cosas más terribles que puedes tener es un corazón duro que no te deja ver su necesidad de Dios en tu vida. Este día pide a Dios que te ayude a tener un corazón abierto a su trato, y nunca permitas que tu corazón se vuelva insensible a Dios.  
Oración:                                                                                                                             

  • Pedir al Espíritu Santo que nos alumbre el corazón y nos muestre si hay dureza en el.
  • Rendirnos ante la mano de Dios y no resistirnos a su trato.
  • Pedir un corazón sensible a su trato en nuestras vidas.


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