martes, 10 de agosto de 2010

Día No 95 Poseído por el Espíritu del Señor

Lectura del día:    Jueces 10:1- 13:25

Verso Central        Jueces 11:29

Entonces Jefté, poseído por el Espíritu del Señor, recorrió Galaad y Manasés, pasó por Mizpa de Galaad, y desde allí avanzó contra los amonitas. (NVI)

La llenura del Espíritu de Dios nos empodera para cumplir con los propósitos de Dios en nuestras vidas. Para los discípulos de Jesús no importa nuestro pasado, lo más importante ahora, es dejar que el Espíritu Santo tome control de nuestras vidas. Lo más importante es lo que Dios hará en y a través de nosotros. Podemos usar nuestro pasado como una excusa para lamentar nuestra situación, “es que yo no puedo porque vengo de allá, o de acá, o porque no tengo, o no soy”. Mientras no dejemos estas excusas no podremos ser útiles al Señor. La lectura de este día nos muestra claramente lo que Dios puede hacer en la vida de alguien que se pone en las manos de Dios tal como está, pero que no se conforma, porque le permite al Espíritu tomar control absoluto de su vida. La vida de Jefté es un ejemplo, que, para los discípulos de Jesús, nuestro pasado no es una excusa, si no lo que más importa es estar llenos de su Espíritu, para cumplir nuestro destino.

Jefté comenzó su vida con muchas cosas en su contra. En primer lugar, se nos describe como una persona que tenía cualidades, pero que tenía el estigma de ser hijo de una prostituta, Jefté el galaadita era un guerrero valiente, hijo de Galaad y de una prostituta.  (Jueces 11:1 NVI) En la cultura de aquellos días una persona que era nacido de una prostituta era considerada como una persona sin ningún derecho, porque aun hasta los hijos de las concubinas o esclavas tenían derechos, pero Jefté era hijo de una prostituta. Esa era una desventaja enorme para Jefté. Eso le quitaba todos los derechos de poseer tierra, o de tener parte de la herencia de su padre. 
Jefté creció en un hogar sin cuidados, con muchas limitaciones, desprecios. ¿Cuántos niños hubieran querido jugar con el hijo de la prostituta? El no habría tenido la oportunidad de ser parte de una familia donde se le motivara y animara a prosperar. Además, su madre no solamente era una prostituta, pero de acuerdo al texto ella, ni siquiera era judía, Galaad también tuvo hijos con su esposa, quienes cuando crecieron echaron a Jefté.  "No tendrás parte en la herencia de nuestra familia le dijeron, porque eres hijo de otra mujer."  (Jueces 11:2 NVI) La palabra otra mujer implicaba que ella era de otra raza, probablemente canaanita. Esto era otra gran desventaja para Jefte, ni siquiera podía clamar ser parte del pueblo de Dios, sus mismos hermanos lo rechazaron y los expulsaron de su lado, ellos le echaron en cara que no era de la misma madre, pero también implicaban que no eran de la misma raza. Jefte les reclamo, Jefté les contestó: ¿No eran ustedes los que me odiaban y me echaron de la casa de mi padre? ¿Por qué vienen a verme ahora, cuando están en apuros? Los ancianos de Galaad le dijeron: Por eso ahora venimos a verte. Ven con nosotros a luchar contra los amonitas, y serás el caudillo de todos los que vivimos en Galaad. (Jueces 11:7-8 NVI) 

La juventud de Jefté no fue propicia, creció rodeado de personas que al igual que el eran rechazados, Entonces Jefté huyó de sus hermanos y se fue a vivir en la región de Tob, donde se le juntaron unos hombres sin escrúpulos, que salían con él a cometer fechorías. (Jueces 11:3 NVI) La palabra sin escrúpulos, significa que él se unió a una banda de ladrones que se dedicaban a robar y hacer toda clase de fechorías. El rechazo, el señalamiento, y el desprecio que había recibido toda su vida, había formado en este hombre una actitud de rechazo y de violencia a la sociedad que lo había desechado. 
Aunque para todo el mundo no tengamos valor, para Dios no somos un accidente, o nuestras vidas no tienen ningún significado. Desde su nacimiento Dios tenía un plan para la vida de Jefté, probablemente desde muy pequeño su madre o padre entendieron que Dios tenía un propósito para su vida a pesar de que había nacido en las peores de las circunstancias. Ellos le pusieron por nombre Jefté, que significa “Dios obra”. Sin saber, ellos estaban marcando el destino de su hijo. Ahora, no es suficiente con tener un llamado de Dios, ni tampoco es suficiente con saber que tengo habilidades o talentos que Dios puede usar para su gloria, era obvio que este joven poseía las cualidades que lo podían convertir en un gran caudillo, pero es necesario que el Espíritu Santo tomara control de su vida para poder cumplir con el propósito de Dios. 
La diferencia en la vida de Jefté, no fueron sus habilidades, o su nombre, pero que un día, el Espíritu Santo tomo control de su vida, y lo transformo y pudo cumplir el plan de Dios. La Biblia declara, Entonces Jefté, poseído por el Espíritu del Señor, recorrió Galaad y Manasés, pasó por Mizpa de Galaad, y desde allí avanzó contra los amonitas. (Jueces 11:29 NVI) No importa cual haya sido tu pasado, si permites al Espíritu que tome control de tu vida, nunca volverás a ser el mismo, serás una persona de éxito.
Oración:
·              Toma todos tus argumentos y tráelos en este día a la cruz. Renuncia a vivir una vida sin propósito

·              Pide al Espíritu que tome control de tus pensamientos, emociones, y de todo tu ser.

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