lunes, 19 de abril de 2010

Día No 84 La Consagración produce una vida victoriosa

Lectura del día:        Josué 3:1 - 6:27
Verso Central   Josué 3:5

Entonces Josué dijo al pueblo: Consagraos, porque mañana el SEÑOR hará maravillas entre vosotros.


La consagración es necesaria para tener el respaldo de Dios en todo lo que hagamos. En este contexto, la palabra consagración incluya ambas ideas; la separación de todo lo que ofende a Dios, y la obediencia a sus mandamientos. Es imposible que Dios respalde con su poder a las personas que no vivan en santidad, y en consagración a sus propósitos. 
En la historia de este día, los hijos de Israel estaban enfrente del río Jordán, a las puertas de la tierra prometida. Muy de mañana, Josué y todos los israelitas partieron de Sitín y se dirigieron hacia el río Jordán; pero antes de cruzarlo, acamparon a sus orillas. (Josue 3:1 BAD) Fue precisamente ahí, antes de cruzar, que Dios les indico las condiciones precisas para que su poder estuviera con ellos y así pudieran tener éxito en conquistar la tierra prometida. Lo primero que Dios les pidió fue una verdadera consagración como un prerrequisito para que se manifestara su poder y vieran las maravillas que haría a su favor, Josué le ordenó al pueblo: "Purifíquense, porque mañana el Señor va a realizar grandes prodigios entre ustedes." (Josue 3:5 NVI) 
Este mismo principio de santificación como requisito para tener el respaldo de Dios, es visto a través de toda la Biblia y nos enseña que las personas que tenían el respaldo de Dios, fueron personas que se habían santificado (apartado) del pecado y consagrado a cumplir los propósitos de Dios en su generacion. (En nuestro contexto como discípulos de Jesús; tenemos el mismo desafio). Este requerimiento no ha cambiado y sigue vigente para nuestros días, Pablo exhorta a Timoteo, A pesar de todo, el fundamento de Dios es sólido y se mantiene firme, pues está sellado con esta inscripción: “El Señor conoce a los suyos”, y esta otra: “Que se aparte de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor". En una casa grande no sólo hay vasos de oro y de plata sino también de madera y de barro, unos para los usos más nobles y otros para los usos más bajos. Si alguien se mantiene limpio, llegará a ser un vaso noble, santificado, útil para el Señor y preparado para toda obra buena. (2Ti 2:19-21 NVI) Nosotros al igual que los hijos de Israel debemos de consagrarnos como “vasos” que deseamos que Dios nos use
Después de que cruzaron el río Jordán, el pueblo todavía necesitaba pasar por el rito de la circuncisión, este rito era lo que identificaba a los judíos como parte del pacto que Dios había hecho Abraham, esta es la parte de la consagración. Durante el tiempo que estuvieron en el desierto, muchos de ellos nacieron, y sus padres nunca se había preocupado porque sus hijos fueran circuncidados, esto manifestaba la rebeldía, y falta de consagración que habían recibido de sus padres. Por esta razón Josué los circuncida, quitando de sus vidas todo vestigio de falta de consagración como pueblo de Dios, Una vez que todos fueron circuncidados, permanecieron en el campamento hasta que se recuperaron. Luego el Señor le dijo a Josué: "Hoy les he quitado de encima el oprobio de Egipto."  Por esa razón, aquel lugar se llama Guilgal hasta el día de hoy. (Josue 5:8-9 NVI) Después de que se “consagraran” estaban listos para que el poder de Dios se manifestara en sus medios. 
Después de que el líder había llevado al pueblo a una mayor consagración, Dios se revela a Josué de una manera más especial, y les muestra que de ahora en adelante mientras ellos se continúen “santificando” y no pierdan su “consagración” la victoria estaría segura; porque El iría delante de ellos, y les daría la victoria. Cierto día Josué, que acampaba cerca de Jericó, levantó la vista y vio a un hombre de pie frente a él, espada en mano. Josué se le acercó y le preguntó: —¿Eres tú de los nuestros, o del enemigo? —¡De ninguno! —respondió—. Me presento ante ti como comandante del ejército del Señor. Entonces Josué se postró rostro en tierra y le preguntó: —¿Qué órdenes trae mi Señor, para este siervo suyo? El comandante del ejército del Señor le contestó: —Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es sagrado. Y Josué le obedeció. (Josue 5:13-15 BAD). Esta es una escena muysimilar al momento cuando Moisés fue llamado y Dios le pidió que se despojara de sus sandalias. Josué tiene exactamente la misma experiencia de encontrarse con Dios, donde también al igual que Moisés, Dios le lleva a “santificarse” (eso es lo que el acto de quitarse las sandalias significaba) y a consagrarse (hacer su voluntad). Ahora que Dios había tratado con el pueblo y con el líder, el pueblo estaba listo para conquistar. Como lo demuestra la historia en el capítulo 6, ellos ahora estaban listos para conquistar y derribar muros. Se habían consagrado a Dios y ahora tendrían el respaldo Dios en sus vidas.
Oración:                                                                                               

·       Hacer una oración de consagración ante Dios de vivir vidas en santidad y obediencia a su propósito y su palabra.

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