lunes, 20 de julio de 2009

Día No 50, Sed Santos así como yo Soy Santo




Lectura del día: Levitico 11:1 a 13:46
Verso Central Levítico 11:44

"Porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios. Por tanto, consagraos y sed santos, porque yo soy santo. No os contaminéis, pues, con ningún animal que se arrastra sobre la tierra.

El pueblo de Dios debe tener como distintivo de su carácter la santidad. La santidad es el reflejo de quiénes somos y quien es nuestro Dios. Nuestro Dios es santo y nosotros debemos de reflejar su carácter de santidad. Cuando hablamos de la santidad de Dios, nunca hablamos de que Dios tiene santidad, porque entonces estaríamos hablando de niveles de santidad, o de cantidades, sino que cuando la Biblia habla de la santidad de Dios, simplemente dice que Dios es santo. Su santidad es una parte integral de quien es nuestro Dios. De la misma manera su Iglesia y de una manera individual cada discípulo de Jesús debe aspirar a tener un estilo de vida que refleje la santidad de Jesús quien mora en nosotros. Esto no es la mera aspiración de ser mejor, o de vivir vidas ejemplares, sino que es la manifestación de quienes somos; somos el pueblo que Dios ha seleccionado para manifestarse a este mundo. 
Esa fue la oración de Jesús por su Iglesia, Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad. Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. (Juan 17:17-19) Por eso es necesario que la aspiración individual de cada discípulo es vivir en santidad, ya que nuestro Dios es santo. Cuando uno lee estos pasajes de la ley, se puede “captar” el sentir de santidad que Dios quería que tuviera su pueblo. Cada una de las leyes que leímos este día, como en los días anteriores y en los siguientes, nos hablan de la seriedad con la cual la ley de Dios trata al pecado, o lo que es inmundo. Si bien se puede decir que muchas estas leyes cumplían una función social de higiene y de salud física del pueblo, y por supuesto muchas de ellas solamente fueron para el pueblo de Israel. Más que una función social, estas leyes, así como todas las demás que se mencionan en el Pentateuco, tienen el propósito de apuntar a una verdad central de la revelación de Dios; su santidad. Antes que ninguna otra cosa, estas leyes indicaban claramente que Dios era santo, y que su pueblo debería de ser santo. Por esta razón el pueblo o la persona que tiene una relación con el debe de tener un estilo de vida que manifieste ser una persona en la cual mora un Dios santo, quien le imparte su misma naturaleza. Dios declara a través de Moisés, "Porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios. Por tanto, consagraos y sed santos, porque yo soy santo. No os contaminéis, pues, con ningún animal que se arrastra sobre la tierra. "Porque yo soy el SEÑOR, que os he hecho subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios; seréis, pues, santos porque yo soy santo." (Lev. 11:44-45) Si bien en nuestros días no estamos sujetos a estas leyes acerca de la comida y de las enfermedades, el principio Bíblico nunca cambia y detrás de estas leyes, debemos de entender el principio moral o el “espíritu” de estas leyes, nuevamente, "Porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios. Por tanto, consagraos y sed santos, porque yo soy santo... (Lev. 11:44) 
Hoy en día, el mismo principio bíblico se aplica a cada uno de nosotros, ya que los principios de Dios son eternos. Cuando nosotros seguimos los principios de Dios estaríamos reflejando a Dios, y lo que nos debería de distinguir, es su santidad. Como pueblo, o discípulo en el cual Dios mora, nuestro estilo de vida necesita ser de tal manera que reflejemos su santidad, en el trato y convivio con cada persona con la cual tenemos contacto. El principio bíblico no ha cambiado, sigue siendo el mismo; Sed Santos porque Yo soy santo. Pero es importante saber que esto no es algo que se logra mediante el esfuerzo humano, o por medio de la disciplina personal. No se trata de imitar a Jesús, sería ridículo pensar que, mediante el esfuerzo personal, podemos imitar a Jesús. La santidad es el resultado natural de la impartición de su vida en nosotrosLa santidad es el resultado de “morir” a nuestra vieja naturaleza, por medio del Espíritu. La santidad principalmente es el resultado “natural” de nuestra unión con Jesús, y además el Espíritu que mora en nosotros es el que pone en nosotros el deseo, y el poder para vivir en santidad.
Oración:                                                                                                                             
  • ¿Cómo estas manifestando a las personas que rodeas que sirves a un Dios que es santo?
  • ¿Ante todas las cosas eres la luz y la sal en tu mundo?
  • ¿Qué cosas específicas tienes que cambiar para vivir en santidad?

Si desea conocer mas de Jesús, o necesita ayuda le invitamos a que, 
Visite nuestra Iglesia:
(Iglesia, Centro de Vida Victoriosa)
715 Brady Ave. Los Ángeles CA 90022
213-977-0905
Servicios domingos: 11:00 am y 2:30 pm
Servicios Miércoles, 7:30 pm)

Le invitamos a que se beneficie de nuestros otros sitios ciberneticos, donde encontrara una palabra que edificara su vida:


También puede seguirnos en Facebook:
https://www.facebook.com/centrodevidavictoriosa

para ver y escuchar mensajes que edificaran su vida visite:
https://www.youtube.com/user/centrovidavictoriosa
también en:
https://www.youtube.com/user/carlosrincon3

No hay comentarios: