sábado, 21 de febrero de 2009

Día No 32 La Bendición Paternal


Lectura del día: Gen. 47:13-50:26
Verso Central Génesis 49: 28

Todas estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que les dijo su padre cuando los bendijo. A cada uno lo bendijo con la bendición que le correspondía.

El padre ha recibido la autoridad de impartir la bendición de Dios en la vida de sus hijos. Las bendiciones y las maldiciones que un padre pronuncia sobre sus hijos tienen el poder de cumplirse en sus vidas. Dios le ha dado al padre el rol “profético” de poder de “abrir los cielos” sobre la vida de sus hijos. Esto se manifiesta de una manera muy especial, cuando el padre es un discípulo de Jesús, y vive una vida en el temor de Dios, y principalmente cuando está consciente de su rol y de la autoridad que tiene para impartir bendición para su familia. También es importante la clase de vida que el padre vive, porque esto determinara la bendición o maldición que sus hijos y los hijos de sus hijos recibirán por herencia.
En el pasaje de este día, podemos ver como los padres tenían la autoridad y el discernimiento para bendecir a sus hijos. Lo que ellos declaraban acerca de sus hijos se cumplía al pie de la letra. Tanto Jacob como José pudieron ver a sus hijos y a los hijos de sus hijos, y al final de sus vidas, ellos pudieron impartir la bendición exacta de Dios, en la vida de cada uno de sus ellos. Esto era muy importante ya que las palabras de bendición de bendición determinarían lo que ocurriría en la vida de ellos. Algunos ejemplos de cómo ellos declararon bendición a sus hijos son los siguientes; Y José tomó a los dos, a Efraín con la derecha, hacia la izquierda de Israel, y a Manasés con la izquierda, hacia la derecha de Israel, y se los acercó. Pero Israel extendió su derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, cruzando adrede sus manos, aunque Manasés era el primogénito. Y bendijo a José, y dijo: El Dios delante de quien anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que ha sido mi pastor toda mi vida hasta este día, el ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos muchachos; y viva en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac; y crezcan para ser multitud en medio de la tierra. (Gen 48:13-16) Jacob bendijo a los hijos de José de acuerdo a como Dios le mostró sobre quien estaría una mayor bendición. Otro ejemplo los vemos en Rubén, Rubén, tú eres mi primogénito, mi poderío y el principio de mi vigor, prominente en dignidad y prominente en poder. Incontrolable como el agua, no tendrás preeminencia, porque subiste a la cama de tu padre, y la profanaste: él subió a mi lecho. (Gen 49:3-4) En este caso Rubén perdió el primer lugar entre sus hermanos, pero no solamente él, sino también sus hijos, por causa de su pecado. La declaración de bendición que el padre declaraba sobre la vida de sus hijos determinaba la bendición que recibirían cada uno de ellos. Todas estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que les dijo su padre cuando los bendijo. A cada uno lo bendijo con la bendición que le correspondía. (Gen 49:28)
También la Biblia enseña claramente que no solamente a través de las palabras bendecían o maldecían a sus hijos, pero si los padres habían vivido una vida de pecado, o de obediencia esto determinaría si recibían maldición, o bendición, tanto para ellos como para sus descendientes hasta la cuarta generación. Si hemos entendido claramente esta práctica bíblica de bendecir deberíamos de buscar la bendición de Dios que viene a través de nuestros padres. ¿Cómo fue la relación con tus padres? ¿Los honrabas? ¿Cómo fue la relación de ellos hacia ti? Es importante entender que, aunque ellos no hayan sido personas que entendían el poder que tienen sus palabras sobre la vida de sus hijos, y fueron descuidados en las palabras que pronunciaron sobre tu vida, tú puedes cancelar toda maldición que ellos pronunciaron sobre tu vida. Recuerda que la escritura declara que Jesús se hizo maldición para quitar toda maldición que hubiera en nuestras vidas, Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: “Maldito todo el que es colgado de un madero."(Gal 3:13 NVI) Toma las palabras que ellos hayan pronunciado sobre tu vida, y declara que ahora eres libre en Cristo. Para los que somos padres, necesitamos vivir de tal manera que por nuestra conducta obtengamos para nosotros mismos la bendición y el propósito de Dios, para que de esta forma podamos trasmitir a la vida de nuestros hijos el propósito y la bendición de Dios a sus vidas.     
Oración:                                                                                                          

  • Pedir sujeción a sus propósitos en nuestras vidas.
  • Una vida de obediencia que resulte en un legado de bendición para nuestros hijos.
  • Pedir una lengua llena de palabras de bendición. Ser sensible en dar palabras de bendición a los que no rodean.
  • Discernimiento del propósito de Dios en nuestras vidas.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado hermano(a), mis agradecimientos por estos sanos consejos, que el Dios de paz le sigue bendiciendo a usted y todos sus seres queridos.
Rolando.

devocionales biblico cronologico dijo...

gracias por tu comentario