lunes, 9 de febrero de 2009

Día No 30 La Llave del Perdón


Lectura del día: Génesis 45:1- 46:9; 1 Cron. 5:1-6; Gen 46:10-12; 1 Cron. 2:18-55

Verso Central Génesis 45: 7-8

Y Dios me envió delante de vosotros para preservaros un remanente en la tierra, y para guardaros con vida mediante una gran liberación. Ahora pues, no fuisteis vosotros los que me enviasteis aquí, sino Dios; y El me ha puesto por padre de Faraón y señor de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Egipto.

Nosotros tenemos la libertad de escoger entre seguir viviendo esclavos de nuestro pasado, o de dejarlo atrás y vivir en el presente sabiendo que Dios está de nuestro lado, y que aun puede usar nuestro pasado para que sus propósitos se cumplan en nuestra vida. Hay personas que han sufrido como en el caso de José terribles injusticias, tragedias, que han marcado sus vidas. Otros cuando fueron niños, no crecieron en un buen ambiente de amor, aceptación y comprensión. Pero aun y con todo lo que pudiéramos haber vivido, nosotros tenemos, “la llave” de la puerta que nos conduce a la sanidad y a la restauración, pero también tenemos la opción de guardar con timidez esa llave y quedarnos fuera del deseo de Dios de restaurarnos, y de libertarnos de las cadenas de opresión, y del dolor. Esa llave se llama el perdón. El perdón es la llave que te abre las puertas a un mejor futuro.

En nuestra historia de este día, llego el momento en la vida de José que tenía que tomar una determinación sobre lo que haría con su vida y la relación que tenia con sus hermanos. El tenía el poder de seguir ocultándose de ellos, y aun de vengarse de todo el daño que le habían hecho. Cuando ellos lo vendieron en esclavitud, el era un simple muchacho que estaba lleno de sueños, y que la envidia y los celos de sus hermanos quisieron destruir, ahora los papeles habían cambiado; José era el señor absoluto después de Faraón de toda la tierra, sus hermanos ahora eran unas personas llenas de necesidad y atormentadas por el pecado de su juventud. Tanto el que sufre el mal, como el que hace el mal están atados a ese pasado, la llave que “abre” las cadenas, se llama el perdón. He visto muchas veces repetir la historia de José, en la vida de muchas personas. Un día sufrieron el desprecio, el abuso, el daño cuando eran niños, o aun como adultos fueron víctima, pero al pasar el tiempo al igual que José se presento la oportunidad de vengarse, o de simplemente ocultar el dolor que sentían, y decir de “labios para afuera que todo está bien” y seguir viviendo atados a un pasado que les hizo mucho daño. El dolor que muchas personas cargan es terrible, y destruye sus vidas. ¿De qué otra manera le podemos llamar al abuso sexual que sufre un (a) niño (a), o peor aun si fue incesto? ¿Cómo podemos llamarle al abandono, rechazo, burla, desprecio que muchas personas vivieron en su vida? La lista es muy larga y dolorosa; violencia domestica, abuso verbal por los padres, abandono, abuso físico, abortos, engaño del cónyuge, mentiras, acusaciones, traiciones, chismes, etc.
En fin la lista de cosas que los hombres reciben o hacen en la vida es tan larga como terrible. ¿Quizás tu viviste cosas más terribles que las cosas que he mencionado? pero ¡Aun hay Esperanza! ¡Gracias a Dios que muchas personas han decidido dejar a un lado el odio y el resentimiento, por el perdón y la restauración! Pero también he visto a personas que no han podido, o no han querido tomar la llave del perdón y simplemente renunciar a la amargura, y ser libres. Jacob, entendió que no podía seguir viviendo igual, y sus palabras hacen eco hasta nuestros días, como las palabras que nos dan el impulso para salir de nuestra aflicción, Entonces Israel dijo: Basta, mi hijo José vive todavía. Iré y lo veré antes que yo muera. (Gen 45:28)

Hoy tú puedes decir a tu pasado, “¡Ya Basta!” La diferencia entre esas dos decisiones, determina si seguirás siendo esclavo de tu pasado, o si te conviertes en una persona feliz, plena, y sobre todas las cosas en una persona que puede cumplir el propósito de Dios en su vida. Dios no nos creo para vivir una vida atada, por el contrario él desea que sus hijos vivan una vida plena, llena de su bendición, y que cumplan su propósito. Pero esto no se llevara a cabo, si no tomas la llave del perdón y abres tu vida a un futuro mejor. Solamente una persona que ha sido perdonada, y que ha perdonado puede ser usada por Dios, ya que una persona que no ha podido perdonar, y que no ha renunciado a su amargura y dolor, no puede ser usada por Dios. Al fin de la vida cuando no has podido perdonar, no serán los demás los que sufran, si no que serás tú, esclavo de tu dolor y de tu amargura el más dañado. Ya que el resentimiento es como un cáncer que de adentro hacia fuera, lenta pero segura, carcome hasta los huesos, y el alma de la persona. La llave a la sanidad en tu vida se llama el perdón, y Jesús quiere tomar tu mano con esa llave y ayudarte a salir a tu libertad a tu sanidad, a que se cumpla en tu vida su promesa, El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Juan 10:10)

Oración:
• Pedir al Espíritu que te ayude por la fe a tomar la llave del perdón y abrir la puerta de la restauración en tu vida.
• Perdonar a toda persona que Dios traiga a tu memoria que debes perdonar.
• Proponte ser una persona con una actitud de restauración.


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