lunes, 15 de septiembre de 2008

Día No 9, ¿Qué es lo que Determina el Curso de Nuestra vida?


Lectura del día: Job 15:1 a 18:21

Verso Central Job 17:9


Sin embargo el justo se mantendrá en su camino, y el de manos limpias más y más se fortalecerá. (LBLA)

En ningún momento debemos dejar que las circunstancias nos dominen y dicten lo que sucederá en nuestra vida. No importa lo que estemos viviendo, o lo que otros nos digan.  ¡Nunca perdamos de vista las promesas de Dios! El es fiel para cumplir todo lo que ha declarado en su palabra. No dejemos que el temor dirija nuestro futuro, en vez de eso dejemos que sea la palabra de Dios, la que va indicando lo que sucederá en nuestras vidas. Una de las cosas más negativas que vemos en la vida Job, es como el y sus amigos reaccionan ante su adversidad. Antes que nada, ellos muestran que no son personas que están influenciados por la palabra de Dios, sino que son personas que tienen apariencia de sabiduría, pero su sabiduría es solamente humana. ¿Qué sabes tú que nosotros no sepamos? ¿Qué has percibido que nosotros ignoremos? Las canas y la edad están de nuestra parte, tenemos más experiencia que tu padre. (Job 15:9-10 BAD) Los amigos, solamente se limitan a declarar que Job está sufriendo todo esto por algún pecado que Job tenia oculto, y que sus palabras son meras justificaciones de pecado. Elifaz declara, »El sabio no responde con vana sabiduría ni explota en violenta verborrea. Tampoco discute con argumentos vanos ni con palabras huecas. Tú, en cambio, restas valor al temor a Dios y tomas a la ligera la devoción que él merece. Tu maldad pone en acción tu boca; hablas igual que los pícaros. Tu propia boca te condena, no la mía; tus propios labios testifican contra ti. (Job 15:2-6 BAD) Con su actitud y sobre todo con sus  palabras no estaban ayudando a Job, si no que lo estaban deprimiendo aun mas. Sus palabras lo único que están provocando es mas desconsuelo en la vida de Job. Ellos le decían que se merece todo lo que le está pasando. Por otro lado Job se siente confundido, inseguro, deprimido y en ocasiones hasta enojado con Dios, y lo culpa de todo lo que le está pasando. En este pasaje Job dice palabras que muestran su enojo con sus amigos, He oído muchas cosas como éstas; consoladores gravosos sois todos vosotros. ¿No hay fin a las palabras vacías? ¿O qué te provoca para que así respondas? Yo también hablaría como vosotros, si vuestra alma estuviera en lugar de mi alma. Podría hilvanar palabras contra vosotros, y mover ante vosotros la cabeza. (Job 16:2-4) En otras ocasiones culpa a Dios de su situación, Pero ahora El me ha agobiado; tú has asolado toda mi compañía, y me has llenado de arrugas que en testigo se han convertido; mi flacura se levanta contra mí, testifica en mi cara. Su ira me ha despedazado y me ha perseguido, contra mí El ha rechinado los dientes; mi adversario aguza los ojos contra mí. (Job 16:7-9) No solamente debemos de confiar en Dios, cuando las cosas salen bien y estamos disfrutando de sus bendiciones. Debemos de hacerlo aun mas, cuando no lo entendemos, o no tiene sentido lo que nos está ocurriendo. Eso es caminar con fe en sus promesas. Las promesas de Dios no están determinadas por lo que sucede, sino en la fidelidad de Dios. Quizás al momento no veamos que se cumplen, pero sus promesas deben determinar lo que nosotros vivamos. 
  • En medio de las circunstancias difíciles de nuestra vida volteemos nuestros ojos a las promesas de las escrituras, porque ahí encontraremos la verdadera fortaleza y seguridad para vivir una vida victoriosa. 
  • Otra cosas que debemos hacer en medio de la prueba es tomar esas promesas y hacerlas parte de nuestra oración. O sea que en vez de confesar lo que vemos, tomamos la palabra y por medio de la confesión de la misma cambiamos las circunstancias. 
  • Quizás al igual que Job, aun las personas que más amamos nos darán palabras de condenación, o de confusión. Nunca escuchemos los consejos de nadie si estos están en contra de la palabra de Dios. De otra manera, ¿qué diferencia habría entre un creyente y un incrédulo? La diferencia es que nosotros no andamos por vista, si no que vivimos la vida confiando en todo tiempo en las promesas de Dios. Su palabra es la que dirige nuestra vida.

 Oración:                                                                                                                             

  • Pedir que no nos dejemos influenciar por la circunstancias por más terribles que estas se vean a nuestros ojos.
  • Proponernos llenarnos cada vez más con las promesas de Dios y ser personas que vivimos bajo la influencia de la palabra.

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