jueves, 17 de julio de 2008

Día No 4 La Semilla de la Multiplicación

Día No 4                       

Lectura del día:        Gen. 10:1-5; 1 Cron. 1:5-7; Gen.10: 6-20; 1 Cron 1:8-16; Gen.10:21-11: 26; 1 Cron. 1:17-27
Verso Central   Gen. 10:32

Estas son las familias de los hijos de Noé según sus genealogías, por sus naciones; y de ellos se propagaron las naciones sobre la tierra después del diluvio.

Dios puso en tu vida la "semilla" de la multiplicación. Desde la creación de Adán (y Eva), Dios sembró en su ser, el ser fructífero, o la capacidad de tener éxito. Dios te creó para que fueras un reflejo de su carácter y naturaleza, siendo creador y fructífero. También estableció como una ley natural, la reproducción y la multiplicación no solamente en el hombre, pero en todo lo creo, incluyendo las plantas y animales. Así que toda planta da semilla y tiene la capacidad innata de multiplicarse. También, dentro de ti hay esa "semilla". Hoy en día, esta ley, encuentra su máxima expresión en aquellos que tienen una relación personal con Jesús. Si tu eres un hijo de Dios, el ha restaurado por medio del nuevo nacimiento la semilla de la multiplicación. Cuando Dios creó a Adán y a Eva, les dio el poder de ser fructíferos. Mas el pecado atrofio esta característica del hombre, pero al igual que Abraham, Dios nos ha llamado y nos ha entregado la bendición de la multiplicación. Cuando Dios hizo un pacto con Abraham, parte de este pacto incluía que Dios bendeciría a Abraham para que él fuera capaz de multiplicarse, y que su descendencia seria como las estrellas del cielo. Lamentablemente hay personas han aceptado como algo normal, una mentalidad de fracaso, o derrota, en la cual han elevado la pobreza, y el sufrimiento como una virtud. Aun esta actitud esta en aquellos que conocen a Jesús como el señor de sus vidas. Esta actitud o creencia es el resultado de la ignorancia de la palabra de Dios, y muchas veces por seguir la religión tradicional. En el pasaje este día, podemos ver el cumplimiento de la ley de la multiplicación, y como en pocas generaciones después del diluvio vemos al hombre conquistando, extendiéndose, construyendo, y multiplicándose a través de la tierra. Notemos que esto ocurrió a pesar de que la humanidad estaba bajo la maldición del pecado. 
Ahora bien nosotros que hemos conocido a Jesús, somos parte del pacto que Dios hizo con Abraham y al igual que Abraham Dios nos ha restaurado el poder o la unción de ser fructíferos de una manera más especial. Jesús nos redimió de la maldición del pecado y ahora, podemos con mayor libertad ejercer esta capacidad de  prosperidad y de multiplicación. Esta unción no solamente afecta las cosas espirituales, pero afecta todas las áreas de nuestra vida, y que en la medida que nuestra alma, prospere, seremos prosperados en todas las áreas de nuestra vida, Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud. (3 Juan 1:2) Pablo afirma que Dios nos ha entregado la misma bendición de crecer, multiplicarnos y ser una bendición a los demás, por medio del pacto que Dios hizo con Abraham, Por consiguiente, sabed que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció de antemano las buenas nuevas a Abraham, diciendo: EN TI SERÁN BENDITAS TODAS LAS NACIONES. Así que, los que son de fe son bendecidos con Abraham, el creyente. (Gal. 3:7-9) Nosotros somos los de la fe, así que esta promesa es para cada persona que ha aceptado a Jesús como su Señor, y se lleva a cabo cuando hacemos nuestras, sus promesas por medio de la fe. 
No debemos de aceptar nunca la pobreza, o las limitaciones como algo “normal” para nuestras vidas, si Jesús es el Señor de nuestras vidas, la bendición de la multiplicación reposa en nosotros, solo tenemos que ponerla en práctica por medio de la fe. Necesitas examinar las siguientes cosas: ¿En qué áreas de tu vida hay limitaciones? ¿Tu matrimonio? ¿Tu empleo? ¿Tus Hijos? ¿Tus finanzas? ¿Ministerio? También en tu familia, ¿Que limitaciones ves que se repiten constantemente? Quizás hay "ataduras generacionales", que se han pasado de generación en generación. En este día, mientras oras, trae cada cosa que estés consiente por la fe a la cruz, pide perdón por pecados que abrieron la puerta a estas maldiciones, aun si estos pecados fueron cometidos por tus antepasados, hasta la cuarta generación. También debes poner atención a los malos hábitos o tendencias que vez que se repite en tu familia. Sobre todo es importante que si en la niñez experimentaste la pobreza, la violencia, la enfermedad en tu familia, cuida de no aceptar eso como normal en el presente. Aun mas dependiendo de tu situación, tomate un tiempo en oración y ayuno para pedirle al Espíritu que te muestre todos los limitaciones que hay en tu vida. Por último pide al Espíritu que te de una imagen, o visión de tu vida, familia, ministerio, que refleje claramente la unción de multiplicación y de éxito que Dios ha desatado sobre tu vida en Cristo Jesús, y llena tu corazón de la palabra de Dios que te limpia de todo pensamiento contrario a sus principios que producen bendición en tu vida.
Oración:                                                                                                                             

  • Rendir a Dios todas las áreas de nuestra vida al Señorío de Jesús
  • Tomar por la fe la unción que Dios no ha dado en Cristo y usarla en todas las áreas de nuestra vida.
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