lunes, 13 de diciembre de 2010

Día No 104 La Obediencia

Lectura del día:   1 Cron. 9:35-44; 5:7-10; 5:18-22, 1 Samuel 15:1- 16:23
Verso Central: (1 Sam. 15:22 DHH)

Entonces Samuel dijo: "Más le agrada al Señor que se le obedezca, y no que se le ofrezcan sacrificios   y holocaustos; vale más obedecerlo y prestarle atención que ofrecerle sacrificios y grasa de carneros.

La obediencia a Jesús es una de las manifestaciones más claras de que él es el Señor de nuestra vida.  La obediencia ha de ser total, o no es obediencia. En el caso de Saúl el fue e hizo casi todo lo que Dios le pidió por medio de sacerdote Samuel, excepto que salvo la vida del rey, y de lo mejor de los animales de su nación. Esta fue una “obediencia a medias” ¿Cómo ve Dios esto? ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová?  Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. (1 Sam. 15:19-20 RV1960) La obediencia de Saúl fue una obediencia parcial, fue como cuando obedecemos aquellas cosas que nos gustan, o que son fáciles. La obediencia no pregunta que es lo fácil, o agradable, o cómodo, la obediencia simplemente hace lo que se le pide. Muchas veces nos “escondemos” detrás de la excusa de que no estamos de acuerdo con tal o cual mensaje, y que según nuestra opinión mejor que hagamos las cosas a nuestra manera. Esta es la mentalidad posmoderna que cada uno determina lo que es la verdad. Esto no tiene nada de diferente a los shows de televisión donde se declara como bueno, justo, o correcta toda clase de mentiras, corrupción, bajo el lema de “no hacerle mal a nadie”, y de que si está bien para ti, pues cada uno tiene derecho a su opinión. En el reino de Dios ninguno de nosotros tiene derechos, solamente le debemos a nuestro Señor, obediencia, fidelidad, y sacrificio. Las palabras duras de juicio y las consecuencias que Saúl acarreaba sobre su vida y la de su familia, nos muestran que para Dios solamente hay una verdadera obediencia, la obediencia total. Saúl respondió tratando de excusar su falta de obediencia, pero la obediencia es enemiga de las excusas. La obediencia es una de las cosas más importantes de nuestra relación con Jesús como el Señor de nuestras vidas, simplemente no podemos decir que tenemos fe, sin que seamos obedientes, no podemos clamar que tenemos una relación personal con Jesús, y no somos obedientes a su palabra. La primera lección que el discípulo de Cristo debe aprender es la obediencia, notemos las palabras de Cristo, Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he enseñado. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo".  (Mat 28:20 BLS)  Las palabras de Cristo claramente no indican que debemos de enseñar doctrinas, o temas motivacionales, o teológicos meramente, sino que el discipulado tiene como finalidad hacer de cada convertido, en un discípulo obediente a su Señor. Ya que son las palabras de Cristo que debemos de obedecer. El énfasis claramente está en “Enséñenles a obedecer todo.” El discípulo que no produce una vida de obediencia, solamente es información, entretenimiento, motivación, pero no tiene nada que ver con el mandato de hacer discípulos. La obediencia es central en nuestra vida como sus discípulos. Antes que cualquier cosa, primero esta nuestra obediencia, estas fueron las palabras de Samuel ante la excusa de Saúl por su obediencia parcial, Entonces Samuel dijo: "Más le agrada al Señor que se le obedezca, y no que se le ofrezcan sacrificios   y holocaustos; vale más obedecerlo y prestarle atención que ofrecerle sacrificios y grasa de carneros. (1 Sam. 15:22 DHH) La adoración más alta y buscada por nuestro Señor Jesús, no son melodías, cantos, o conciertos de músicos profesionales, la melodía, y música que es agradable a sus oídos, y a su corazón es la del discípulo que a pesar de las dificultades, y la oposición, y de las criticas de aun de otros cristianos se mantiene fiel obedeciendo a su Señor, esta es la verdadera adoración; nuestra obediencia absoluta.
Oración:
·         Renunciar a toda excusa, o actitud que nos estorba para obedecer los mandamientos de Cristo.
·         Pedir perdón por nuestra falta de obediencia,
·         Someter nuestra vida, mente a su voluntad,
·         Declara que la voluntad de Dios se “hace” en nuestras vidas así como en el cielo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Día No 103 Sabiendo Esperando en el Señor

Lectura del día:        1 Sam 13:1- 14:52; 1 Cron.8:1-9:1
Verso Central           1 Samuel 13:13

¡Eres un necio! le replicó Samuel. No has cumplido el mandato que te dio el Señor tu Dios. El Señor habría establecido tu reino sobre Israel para siempre,  (NVI)

Nunca debemos de tomar decisiones importantes bajo presión, o sin estar seguros que es la voluntad de Dios. Una de las lecciones que más nos cuesta aprender es la paciencia. Recuerdo aquella oración de un creyente que decía, “Señor dame paciencia, pero ¡dámela, ya!” No es fácil esperar cuando uno sabe que se tiene que tomar una decisión, y que de esto depende el éxito o el fracaso de nuestros planes. Es importante saber esperar, hasta que estemos seguros, que lo que estamos diciendo, o haciendo este en línea con la voluntad de Dios. No nos adelantemos y decidamos solamente porque parece “urgente” y tenemos que tomar una decisión. Una de las cosas que más trajo problemas a Saúl, fue la de tomar decisiones apresuradas, o la de dar órdenes a sus súbditos bajo la presión del momento, en medio del momento de la batalla, daba órdenes que mas que parecieran de un general, parecían las de un juego de niños. Recuerdo cuando era niño y en medio de los juegos decíamos estamos cosas, “vieja el que se raje” “no comemos hasta que ganemos”. Eso está bien cuando son juegos de niños, pero cuando es nuestra vida la que está en juego, aprendamos lo que significa paciencia, y conocer la voluntad de Dios. Ese fue el problema de Saúl, la presión de la gente, y sus propios temores lo llevaron a tomar decisiones apresuradas, que mas tarde le causarían el juicio de Dios, Allí estuvo esperando siete días, según el plazo indicado por Samuel, pero éste no llegaba. Como los soldados comenzaban a desbandarse, Saúl ordenó: "Tráiganme el holocausto y los sacrificios de comunión"; y él mismo ofreció el holocausto. En el momento en que Saúl terminaba de celebrar el sacrificio, llegó Samuel. Saúl salió a recibirlo, y lo saludó. Pero Samuel le reclamó: ¿Qué has hecho? Y Saúl le respondió: Pues como vi que la gente se desbandaba, que tú no llegabas en el plazo indicado, y que los filisteos se habían juntado en Micmás, pensé: Los filisteos ya están por atacarme en Guilgal, y ni siquiera he implorado la ayuda del Señor. Por eso me atreví a ofrecer el holocausto. ¡Eres un necio! le replicó Samuel. No has cumplido el mandato que te dio el Señor tu Dios. El Señor habría establecido tu reino sobre Israel para siempre, pero ahora te digo que tu reino no permanecerá. El Señor ya está buscando un hombre más de su agrado, pues tú no has cumplido su mandato. (1 Sam. 13:8-14 NVI) Otra ocasión fue cuando estaba peleando con los filisteosLos israelitas desfallecían de hambre, pues Saúl había puesto al ejército bajo este juramento: "¡Maldito el que coma algo antes del anochecer, antes de que pueda vengarme de mis enemigos!" Así que aquel día ninguno de los soldados había probado bocado. (1 Sam. 14:24 NVI) Aun su mismo hijo pudo ver que esto no tenía sentido, y se lo dice a su padreMi padre le ha causado un gran daño al país respondió Jonatán. Miren cómo me volvió el color al rostro cuando probé un poco de esta miel. ¡Imagínense si todo el ejército hubiera comido del botín que se le arrebató al enemigo! ¡Cuánto mayor habría sido el estrago causado a los filisteos! (1 Sam. 14:29-30 NVI) Su decisión apresurada, había causado que no tuvieran una victoria completa sobre sus enemigos. El hacer decisiones “al momento” sin esperar en el Señor nos lleva a consecuencias que después estaremos lamentando el resto de nuestra vida. Pidamos al Señor que nos enseñe a esperar en el, a buscar consejo en otros, y a tener control de nuestras palabras.
Oración:
  • Pidamos al Señor que nos ayude a esperar en el,
  • Nunca adelantarnos de su propósito,
  • Hagamos el escuchar la voz de Dios un habito,
  • Pidamos una actitud humilde que busca el consejo sabio.