Lectura del día: Salmo 90:1-17; Deut. 31:30 - 32:52
Verso Central Salmo 90:12
Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.
Nuestra vida solamente cumplirá su propósito, cuando en
todo lo que hacemos Dios y su voluntad están presentes. La vida es muy corta, y
para vivirla al máximo, requerimos entender el “proyecto” de Dios para nuestras
vidas y no desaprovecharla en cosas que nos roban su propósito. Nos corresponde
a nosotros el privilegio de buscar su favor en todo lo que hacemos, para que nos
dé su aprobación, y por consiguiente su bendición para que no sea en vano
nuestra labor.
Moisés estaba al final de sus días, y en estos pasajes que
leímos, Él está meditando sobre el significado de su vida, y las cosas que hizo.
También, como profeta de Dios, profetisa que los hijos de Israel, al entrar a
la tierra prometida, lamentablemente se olvidaran y apartaran de Dios, trayendo
sobre ellos consecuencias terribles. Este pasaje es de suma importancia, porque
aquí tenemos las reflexiones de un hombre que camino los últimos 40 años de su
vida de la mano de Dios, y como a pesar de esto, al recontar sus días se da
cuenta que, a través de su vida, hizo cosas que no valían la pena, cosas que
quizás en su momento pensó que eran lo mejor, pero que ahora al final de sus
días se da cuenta que Dios no se lo había mandado hacer, y por lo tanto había
sido en vano.
En el salmo 90 Moisés declara una de las verdades más importantes
que nosotros debemos entender, veamos; Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón
sabiduría. (Salmo 90:12) Al igual que mucha gente cuando
se está acabando su vida, Moisés reconoce lo corto que es la vida, y cuando
tiempo se desperdicia en cosas que no valen la pena. Hay cosas que quizás a
nuestros ojos son importantes, pero que cuando lo empezamos a ver con los ojos
de Dios, nos damos cuenta que son meras quimeras, sin valor. Por esta razón
Moisés termina este salmo con estas peticiones que debemos hacer nuestras.
¿Cuáles
son estas peticiones? En primer lugar, es importante entender cuál es el
propósito, o el proyecto de Dios para nuestras vidas, Manifiéstese tu obra a
tus siervos, y tu majestad a sus hijos, (Salmo 90:16) Que esta sea nuestra
búsqueda constante, “muéstranos tus obras (voluntad) en nuestras vidas, para
poder ver tu gloria.” Esto tiene que ser más que información, pero necesitamos
que esto sea una “revelación” a nuestro espíritu. En segundo lugar, necesitamos
su ayuda para no desviarnos de su propósito, para que en todo lo que hagamos, seamos
aprobados y su favor este con nosotros, porque solamente así tendremos éxito.
Moisés le pidió a Dios, y sea la gracia del Señor nuestro Dios sobre nosotros.
Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos; sí, la obra de
nuestras manos confirma. (Salmo 90:17) Si alguien entendía claramente estos
dos principios, fue Moisés, ya que en todo lo que hizo, los últimos 40 años de
su vida, busco hacer su voluntad, pero en una ocasión en especial se dejó influenciar
por sus emociones, y por la rebeldía de la gente, e hizo lo que Dios no le
había dicho. En ese momento el favor de Dios se apartó de su vida, porque Dios
no aprobó sus actos, y por este hecho, el ya no pudo entrar a la tierra
prometida, solamente se le permitió verla de lejos antes de morir, En aquel
mismo día, habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: Sube a estos montes de Abarim, al
monte Nebo, que está en la tierra de Moab frente a Jericó, y mira hacia la
tierra de Canaán, la cual doy a los hijos de Israel en posesión. Morirás en el
monte al cual subes, y serás reunido a tu pueblo, así como murió tu hermano
Aarón sobre el monte Hor, y fue reunido a su pueblo; porque me fuisteis
infieles en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en el
desierto de Zin, porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.
Por tanto, sólo de lejos verás la tierra, pero allí no entrarás, a la tierra
que doy a los hijos de Israel. (Deut. 32:48-52)
Terrible fue el final de la
vida de Moisés, sirviendo a Dios por tantos años, para que al final, no pudiera
entrar a la tierra de la promesa de Dios. Por este motivo, unámonos a la
oración que Moisés le invoco al Señor, Manifiéstese tu obra a tus siervos, y
tu majestad a sus hijos, y sea la gracia del Señor nuestro Dios sobre nosotros.
Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos; sí, la obra de
nuestras manos confirma. (Salmo 90:16-17) Para vivir una vida al máximo;
necesitamos, la revelación de su propósito, conocer la gloria (su presencia) de
Dios, tener su gracia, y su aprobación.
Oración:
·
Pedir por sabiduría para que
en todo lo que se haga sea su voluntad y tengamos su favor.
Consagrar
nuestro corazón al proyecto de Dios para nuestra vida.
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