Lectura del día: Génesis 27:1-28:9; 36:1-43; 1 Crónicas 1: 35-54
Verso Central Génesis 28: 3-4
Que el Dios todopoderoso te bendiga y te dé muchos descendientes, para que de ti salgan muchas naciones. Que te dé a ti, y también a tus descendientes, la bendición que le prometió a Abraham, para que sean dueños de esta tierra donde ahora vivimos como extranjeros, pues él se la prometió a Abraham." (DHH)
Dios decide el propósito de
la vida para cada persona. El propósito de Dios en la vida de una persona no
depende de favoritismos o de que una persona sea preferida por sus líderes,
padres o por cualquier otra persona, sino que este determinado exclusivamente
por Dios. Desde el momento de su nacimiento Dios había escogido a Jacob sobre
Esaú, la escritura nos dice, y él le contestó:
«Dos naciones hay en tu seno; dos pueblos se dividen desde tus entrañas. Uno
será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor.» (Gen 25:23 BAD)
Pablo añade lo siguiente a este punto, No sólo eso. También sucedió que los hijos de Rebeca
tuvieron un mismo padre, que fue nuestro
antepasado Isaac. Sin embargo, antes de que los mellizos nacieran, o hicieran
algo bueno o malo, y para confirmar el propósito de la elección divina, no en
base a las obras sino al llamado de Dios, se le dijo a ella: "El mayor
servirá al menor." Y así está escrito: "Amé a Jacob, pero aborrecí a
Esaú." ¿Qué concluiremos? ¿Acaso es
Dios injusto? ¡De ninguna manera! Es un hecho que a Moisés le dice:
"Tendré misericordia de quien yo tenga misericordia; y me compadeceré de
quien yo me compadezca." Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni
del esfuerzo humano sino de la misericordia de Dios. (Rom. 9:10-16 NVI) Claramente
Dios había escogido a Jacob, para ser el heredero de la bendición y la promesa
de la tierra prometida que estaba en la vida de Isaac, así como el la había
recibido de su padre Abraham.
Ahora cuando
Isaac sentía que su vida llegaba a su fin, decide entregar la bendición a Esaú.
A pesar de que sabía la palabra que se había declarado sobre la vida de sus
hijos desde antes de que nacieran. (Gen. 25:22-23) La razón porque Isaac
actuaba así, era por el favoritismo que sentía por su hijo Esaú, Isaac
quería más a Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba; pero Rebeca
quería más a Jacob. (Gen 25:28 BAD) Jacob sabia claramente que Dios había escogido
a Jacob para recibir la bendición, pero él se dejo influenciar por su
sentimiento de Padre, que tenía como predilecto a su hijo Esaú en vez de hacer
lo que Dios claramente había declarado. Lo más seguro es que Rebeca tampoco
quería la bendición para su hijo Jacob por obediencia al mandamiento divino,
sino porque ella amaba mas a Jacob que a Esaú. En esta historia vemos como las
personas no aceptan o no están de acuerdo con el propósito de Dios para sus
vidas, y hacen lo que pueden para hacer las cosas a su manera a pesar de que
Dios les había indicado a quien le pertenecía la bendición. Esto es lo que siempre necesitamos hacer:
En primer lugar,
lo más importante que una persona necesita hacer es pedirle a Dios que le
revele su propósito para su vida, y luego dedicar su vida a cumplirlo. Nuestra
responsabilidad no es la de determinar que queremos hacer en nuestra vida, sino
de cumplir su propósito. No se trata de forjar nuestro destino, sino de descubrir
el designio divino. (Es más poderoso en nuestro estado de ánimo saber que
estamos cumpliendo el designio divino, que nuestros planes.) En el caso de
Isaac y Rebeca ellos querían que su hijo predilecto fuera el escogido para
recibir la bendición de la promesa de Abraham. Lo correcto es que ellos
hubieran aceptado y motivado a sus hijos a seguir el propósito de Dios para
cada uno de ellos sin mostrar favoritismos.
En segundo lugar,
aunque lo deseemos no podemos cambiar el propósito de Dios para nuestras vidas.
Estos padres quisieron cambiar el propósito de Dios a su manera, además en el
caso de Rebeca y Jacob estuvieron dispuestos a mentir, engañar, para cumplir
sus deseos. No necesitamos de mentir, engañar, o de usar nuestra estrategia
humana para cumplir su propósito en nuestras vidas. El elemento esencial para
el cumplimiento de su propósito es la fe y la obediencia a sus promesas. Antes
que nada debemos de buscar su propósito.
En tercer lugar,
se necesita obediencia, y perseverar en hacer su voluntad hasta que se cumpla
en nuestras vidas. Pablo lo dijo de la manera más perfecta cuando dijo, Mantengámonos
firmes, sin dudar, en la esperanza de la fe que profesamos, porque Dios
cumplirá la promesa que nos ha hecho. (Heb. 10:23 DHH)
Al fin Isaac
entiende y acepta el propósito de Dios para sus hijos, al confirmar la promesa
y la bendición en la vida de Jacob, le declara a su hijo estas palabras que
confirmaban el propósito de Dios en su vida, Que el Dios todopoderoso te
bendiga y te dé muchos descendientes, para que de ti salgan muchas naciones.
Que te dé a ti, y también a tus descendientes, la bendición que le prometió a
Abraham, para que sean dueños de esta tierra donde ahora vivimos como
extranjeros, pues él se la prometió a Abraham." (Gen 28:3-4 DHH)
Oración:
- Pedir discernimiento para
entender el propósito de Dios en tu vida.
- Proponte no dejarte
influenciar por los sentimientos o deseos personales o de otras personas.
- Obediencia y
perseverancia para mantenerse sin desviarse de su propósito.
(para aprender como vivir una vida de Éxito, o para Conocer Mejor a Jesús:
Visite nuestra Iglesia:
(Iglesia, Centro de Vida Victoriosa
715 Brady Ave. Los Ángeles CA 90022
213-977-0905
Servicios domingos: 11:00 am y 2:00 pm)
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